Se estrenó el Baskonia en esta nueva edición de la Euroliga con una derrota ante el Olympiacos que entra dentro de lo comprensible pero, lo que es más preocupante, ofreciendo una imagen que dista bastante del objetivo al que se aspira y que, en ciertos momentos, recordó a la ofrecida el pasado fin de semana en Canarias. Una realidad que asumió sin cortapisas Pablo Prigioni en su valoración de la contienda. El preparador argentino no quiso echar mano de paños calientes para explicar el tropiezo y reconoció abiertamente el principal problema del cuadro vitoriano en la noche de ayer en Creta. “No hemos jugado bien, nuestro juego de equipo no fue bueno”, sentenció.
Una puesta en escena negativa que resultó evidente desde los primeros compases del duelo y que escuece todavía más por cuanto el Olympiacos no necesitó ofrecer precisamente su mejor versión para inaugurar su casillero de triunfos. “Empezamos muy desconcentrados, con muchas pérdidas de balón y no supimos aprovechar su mal primer cuarto, cuando tampoco estuvieron demasiado acertados”, significó Prigioni. Y es que en esos primeros diez minutos el encuentro se pareció bastante más a un correcalles que a un duelo entre dos de los conjuntos destacados de la Euroliga.
El preparador azulgrana destacó que tras el descanso el Baskonia trató de “aumentar el nivel defensivo”, lo que le permitió “arrimarse un poco” en el marcador pero entonces fueron los problemas para encontrar la canasta contraria los que le condenaron. “No fuimos capaces de tener la paciencia suficiente para conseguir anotar en momentos claves cuando estábamos defendiendo mejor”, apuntó.
Con este escenario, el técnico argentino lanzó un claro mensaje de cara al futuro. “Tenemos mucho que mejorar”, advirtió. Una mejora para la que será importante la posibilidad de ir recuperando a los jugadores lesionados. Una lista demasiado larga a la que podría sumarse Jayson Granger, que ayer acabó el choque con molestias musculares.