vitoria - Fue el gran protagonista en la madrugada del pasado martes al miércoles en el Estadio Polideportivo de Mar del Plata con 3.000 aficionados del Quilmes puestos en pie para despedir al base que ingresó en el modesto club con apenas 8 años siendo un niño y se marcha a Vitoria casi tres lustros después hecho un hombre. El emotivo abrazo con su abuela, Angélica Caviglia, hizo saltar las lágrimas a más de uno. Sus padres Marcelo y Gabriela tampoco pudieron contener la emoción a su lado. Tras seis temporadas en El Cervecero, Luca Vildoza se despedía del equipo de toda su vida tras la derrota en el tercer partido de la final de la Conferencia Sur ante San Lorenzo. Otra excelsa actuación a nivel personal (23 puntos) resultó estéril. Su siguiente objetivo se llaman Baskonia y Vitoria, donde en teoría militará a partir de la próxima temporada con el rol de tercer base. Para más inri, le espera con los brazos abiertos otro antiguo director de juego como Pablo Prigioni, el encargado de pulir a un base con aires rebeldes y un desparpajo notable pero también pendiente de la maduración definitiva en el lugar que consagró en su día a un puñado de compatriotas suyos.
A partir de ahora, el Pibe de Quilmes deberá volar en solitario, alejado del barrio costero de La Perla donde siempre se le ha visto pasear en compañía de familiares y amigos. El drástico cambio que experimenta en su carrera con el fichaje por un grande del Viejo Continente le obligará a ser muy fuerte mentalmente, pero quienes mejor le conocen no albergan dudas acerca de sus posibilidades. “Luca va a crecer muchísimo en Vitoria en el baloncesto europeo, donde los jugadores son de una talla mayor. El Baskonia lo va a poder disfrutar porque es un chico con magia en las manos. Hace muchos años que no salía de Argentina un jugador que levantase al público de los asientos. Tiene cosas maravillosas, aunque también debe pulir otras. Prigioni, que lo conoce bien, lo sabrá llevar hacia adelante. Le va a dar muchas satisfacciones a la gente de allí”, reconoce a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Pablo Zabala, el presidente de Quilmes, al que le une un vínculo especial con Vitoria -aquí nació su abuela materna- y también una especie de padre deportivo para la promesa azulgrana, que en agosto cumplirá 22 años y con contrato en vigor en el Buesa Arena hasta junio de 2020.
humilde y familiar Vildoza, representante de la nueva hornada de jugadores argentinos con la misión imposible de hacer olvidar a la generación más dorada de su historia, fue adquirido el pasado verano por el Baskonia. En principio, se pensó en un club de LEB Oro para que se fogueara, pero el propio base se negó en rotundo y permaneció cedido este curso en el Quilmes, donde sus excelentes números y su liderazgo han permitido al conjunto bonaerense alcanzar cotas insospechadas. Fue su padre Marcelo Vildoza, jugador en la época de los 80, quien le inoculó desde bien pronto la pasión por el baloncesto al futuro base azulgrana, cuyos incesantes problemas con las lesiones también le ayudaron a forjar su carácter. Pese a su juventud, ya se ha fracturado las dos muñecas, el cúbito y radio del brazo, un dedo del pie y el tobillo.
“Lo tenemos aquí desde los 7 años. Es un chico muy simple, humilde y sencillo, más allá de las capacidades técnicas que tuvo desde chiquito. Es muy perfeccionista desde el punto de vista de lo que desea para él. Siempre quiso ser un profesional del basket, pero basándose en la enseñanza de sus entrenadores. Posee unas condiciones increíbles para jugar a esto. Ha confiado en la directiva del club y respetado lo que le decíamos y queríamos para él. Es un chico de familia, de estar con su padre y amigos. Su humildad se refleja en que no le ha importado jugar con los juveniles en algún torneo importante para sus compañeros”, añade el presidente de Quilmes, sobre Vildoza, del que los informes azulgranas elogian su electricidad, su dinamismo y su potencial ofensivo. Sin embargo, la coincidencia generalizada es que debe mejorar su defensa, un aspecto primordial para asentarse como un pilar importante de la rotación de cualquier equipo del Viejo Continente.
De lo que no hay duda es que en Mar del Plata ha dejado un poso imborrable, además de un buen pellizco económico. Su presidente no quería cortar las alas a un base que debutó en la liga argentina a los 16 años de la mano de Daniel Loro Maffei. “Fueron unas negociaciones cordiales, más allá de las condiciones económicas que pudimos haber regateado algún euro de más o menos. Ambos queríamos que Luca pudiera estar en el Baskonia. Es un chico al que admiro y quiero, no íbamos a impedir bajo ningún concepto que se le cortara la posibilidad de emigrar a España. Vitoria es una ciudad muy linda y, si Dios quiere, iremos a verle. Nos ha dejado entre los cuatro mejores de Argentina y, en parte con su ayuda, nos hemos clasificado para diversos torneos internacionales en Sudamérica”, concluye Zabala.