vitoria - Pese a haberse iniciado una frenética subasta para hacerse con sus servicios entre los grandes de Europa y la NBA, el Baskonia no renuncia a seguir manteniendo en nómina a Shane Larkin dentro de sus modestas posibilidades. Por intentos, desde luego, no será aun a sabiendas de la complejidad que entraña la empresa.

Al margen de asegurarle un incremento salarial respecto a su primera oferta de renovación hasta 2020, la entidad del Buesa Arena también le ha propuesto reducir los años de vinculación en el futuro contrato que ligaría a ambas partes. Es decir, Querejeta estaría abierto a concretar su continuidad por un margen de tiempo inferior al de los tres años de un primer momento. El presidente azulgrana ve con buenos ojos que Larkin estampe su firma por temporadas o incluso tan solo una para satisfacer los deseos de un director de juego que, en principio, no es partidario de rubricar un vínculo excesivamente largo.

Tras la negativa a la primera oferta para continuar en Vitoria, el Baskonia ha mejorado las condiciones con el fin de intentar convencer a su jugador franquicia del pasado curso. Eso sí, el objetivo se presenta repleto de espinas conocida la prioridad de Larkin de retornar a la NBA. El norteamericano, al que se le exigió premura a la hora de dar una respuesta a la primera propuesta lanzada semanas atrás, está dispuesto incluso a esperar el tiempo que haga falta para resolver su futuro y firmar un gran contrato. Algo que juega en contra del Baskonia, que quiere zanjar esta cuestión cuanto antes para activar un plan B para la dirección.

Teniendo en cuenta que el mercado para agentes libres al otro lado del Atlántico no se abre hasta el próximo 1 de julio, los pretendientes en el Viejo Continente deberán armarse de paciencia. A ello se suma el hecho de que la agencia de representación del timonel nacido en Ohio trata de hacer su agosto y ha comenzado a sondear todas las puertas en busca de una propuesta que le satisfaga plenamente. Dentro de sus limitaciones presupuestarias, el Baskonia busca posicionarse de la mejor manera posible y, para ello, acaba de lanzar una segunda ofensiva que tampoco garantiza el éxito final en una negociación áspera y con numerosas aristas.

Con los términos de una nueva propuesta menos duradera en el tiempo ya concretados, Querejeta intenta en estos instantes seducir a Larkin y rubricar la continuidad de un objetivo básico para el ejercicio 2017-18. De esta manera, si explota definitivamente en su segundo año de andadura en Vitoria, el timonel estadounidense dejaría abierta la puerta de un hipotético retorno a la NBA. El vínculo por tres años que el Baskonia ofreció en un primer momento también establecía una elevada cláusula de salida que podía haber coartado su conocida aspiración de cruzar el charco.

pretensiones claras En cualquier caso, el Baskonia todavía se resiste a dar por perdido a un base al que sus asesores pretenden hacer de oro mediante el inicio de una subasta por sus servicios que en nada beneficia los intereses azulgranas. Con una cotización por las nubes que podría ir disminuyendo a medida que avance el verano si Larkin no encuentra acomodo en otro lugar, el club vitoriano sigue empeñado en retener a un timonel de un impacto indudable en su primera campaña en el Viejo Continente.

Sin embargo, las pretensiones alavesas chocan frontalmente contra el muro de las elevadas exigencias de un jugador que, caso de seguir finalmente en Europa, pretende hacerlo incluso por un montante muy superior al cerca del millón de euros limpios que ha percibido esta campaña recién finalizada en el Buesa Arena. Números que se encuentran fuera del alcance del Baskonia por mucho que su economía haya mejorado de forma ostensible en los dos últimos años.