vitoria - Confiados en el factor Buesa Arena. Así afronta el Baskonia esta tarde el partido más importante de la temporada. Ganar para seguir soñando con la cuarta Liga ACB de la historia o, en su defecto, vacaciones prematuras para un equipo inmerso en una situación límite y más obligado que nunca a hacerse fuerte en casa. Y es que no hay vuelta atrás a la hora de encarar el desempate de una eliminatoria resuelta hasta la fecha con sendos golpes de autoridad por parte de los locales.

La victoria se antoja ineludible para hacer realidad el objetivo mínimo fijado por la presidencia antes del descorche de la actual edición liguera. Cualquier cosa que no sea el billete para semifinales constituirá un rotundo fracaso y obligará a despedir el ejercicio con un pésimo sabor de boca. Tras la denodada lucha para la consecución de la segunda plaza de la fase regular, los factores que alimentan el optimismo antes del salto inicial son sin duda la ventaja del escenario y el hecho de que el primer asalto del play off ante el Gran Canaria se resolvió con cierta suficiencia.

Sito Alonso confía ciegamente en que, al calor de los suyos, el Baskonia volverá a ser un grupo reconocible para dejar en casi una anécdota el mal trago acaecido el pasado jueves en el Gran Canaria Arena. “Surgirá del vestuario otra vez el equipo que hemos visto esta temporada, el que durante el último mes y medio ha dejado a sus rivales en 60 puntos y que el otro día no apareció. Ellos estuvieron muy bien y nosotros no utilizamos la agresividad ni la ambición que nos caracterizan. Estoy seguro de que en casa será distinto. Tenemos muchas ganas. El equipo está convencido de las cosas que hace y yo creo en ellos plenamente”, recalcó el técnico madrileño.

Sin embargo, es una incógnita el aspecto que registrará hoy la cancha de Zurbano en plena resaca de la final de la Copa del Rey entre el Alavés y el Barcelona. La atípica hora tampoco favorece los intereses azulgranas, pero no hay ningún tipo de excusas. Con más o menos público llevándole en volandas, el Baskonia debe exhibir su jerarquía en un partido donde se evaluará con lupa a varios jugadores bajo sospecha en las últimas semanas. Y es que deberán ser los integrantes de la columna vertebral quienes tiren del carro en el Buesa Arena, donde será necesaria una atmósfera caliente para engullir a los insulares.

“Hemos sido segundos y queremos hacer valer el factor Buesa Arena. Al igual que nos sucedió el otro día a nosotros, el Gran Canaria también se va a encontrar un ambiente duro aquí. Un pabellón sabiendo de la importancia que tiene cada partido para los nuestros y apoyando como lo ha hecho en toda la temporada. Hemos luchado para vernos con nuestra gente en un día como hoy”, subrayó Sito.

En vísperas de un encuentro trascendental, el técnico del Baskonia recordó que “hemos competido con muchos problemas esta temporada”, por lo que a sus discípulos no les debería pesar la responsabilidad en un momento así. Ahora, a su entender, “es una prueba más y la afrontamos con el carácter que tiene este club y cada uno de los jugadores”. Cualquier premisa para acceder a la antesala de la final pasa por recuperar una férrea mentalidad defensiva con el fin de impedir que un rival alegre y dinámico como el Gran Canaria maniobre con tanta facilidad. Apático y blando, el Baskonia se desangró el jueves de forma lastimosa en el segundo partido, permitiendo al trío McCalebb-O’Neale-Báez campar a sus anchas. Hasta el propio Planinic, que no destaca por su virtuosismo, circuló a través de una alfombra roja para anotar canastas de lo más sencillas. Ahora se busca nuevamente candar el aro y volver a dejar constancia de la superioridad física sobre los amarillos.

“El Gran Canaria está hecho para conseguir títulos y estar lo más arriba posible en la clasificación. Es un equipo de máximo nivel y con una plantilla muy larga que, como sucedió el otro día, se permite el lujo de no contar con Hendrix”, ensalzó el preparador baskonista, posiblemente uno de los que más se juega en una jornada sin término medio.