vitoria - Mientras este fin de semana tiene lugar el pistoletazo de salida a los play off de la ACB, todos los ojos en el mundo del baloncesto estarán puestos a muchos kilómetros de distancia. Y es que Estambul, una sede bajo sospecha hasta hace bien poco debido a la amenaza terrorista, acoge desde hoy y hasta el domingo la gran fiesta del baloncesto continental en la que no podrá repetir presencia el Baskonia. Tras su deslumbrante aparición en la Final Four celebrada el pasado curso en Berlín, el conjunto vitoriano se ha quedado con la miel en los labios tras caer en un polémico cruce de cuartos ante el CSKA. Esta vez tocará seguir a través de la televisión una edición que se presenta apasionante y, al mismo tiempo, incierta por el teórico equilibrio entre los cuatro aspirantes. El gigante ruso, verdugo de los azulgranas por un engañoso 3-0, tratará de revalidar su corona ante tres pesos pesados como el Real Madrid, el Fenerbahce y el Olympiacos que aspiran a sucederle en el trono.
Difícilmente podría haber reunido esta edición de la capital turca a cuatro equipos con más pedigrí, calidad, oficio y fondo de armario. Desde el comienzo de la temporada, todos ellos integraban las quinielas para pelear por la preciada corona durante este fin de semana. Con más o menos apuros y con desigual brillantez, a la postre han satisfecho su objetivo tras un Top 8 en el que únicamente el Fenerbahce se vio obligado a disputar la eliminatoria con la desventaja de campo. Sin embargo, el cuadro de Zeljko Obradovic -que ejercerá como anfitrión y contará con el mayor apoyo en las gradas- atropelló sin miramientos en esa ronda al Panathinaikos dejando unas magníficas sensaciones que acaba de corroborar en la liga doméstica al endosar un severo correctivo al Efes (57-96).
Si algo ha quedado meridianamente claro en la Euroliga más dura y compleja de la historia es que solo las plantillas más largas y con una mortífera pegada en el perímetro se encuentran capacitadas para llegar lejos. La NBA va dejando poco a poco a Europa sin sus principales estrellas al subir su límite salarial y las contadísimas que quedan ya a este lado del Atlántico han exhibido una hegemonía indiscutible. Por ejemplo, en el Real Madrid marcan la diferencia Sergi Llull o el imberbe Luka Doncic, la magia de Bogdan Bogdanovic es vital para Zeljko Obradovic, el dúo Milos Teodosic-Nando de Colo sostiene siempre a flote al CSKA de Dimitris Itoudis mientras que Vassilis Spanoulis continúa siendo el monarca de un Olympiacos al que la incombustible estrella nacida en Larissa ha mantenido un año más entre el grupo de elegidos.
Se da la curiosa circunstancia de que la Final Four de este 2017 en Estambul está formada por idénticos protagonistas que en 2015 en Madrid, la que acabaría coronando a los merengues con la nominación de MVP para Andrés Nocioni. Fenerbahce y CSKA son los únicos que repiten con respecto a la edición del año pasado, donde al margen del Baskonia también estuvo presente el Lokomotiv Kuban.
Abrirán hoy el fuego a partir de las 17.30 horas el CSKA y el Olympiacos, un duelo en el que el baskonismo en general arde en deseos de asistir a un triunfo griego tras el flagrante empujón arbitral que recibió el coloso moscovita para sellar su billete hacia Estambul. Los de Itoudis han ofrecido síntomas de vulnerabilidad y su juego interior no brinda grandes soluciones, aunque nadie duda de que jugador por jugador su plantilla es superior a la de un Olympiacos que afrontará esta cita sin el concurso del lesionado Matt Lojeski. El francotirador nacionalizado belga, lesionado en el tendón de Aquiles, será el gran ausente de la Final Four.
El Olympiacos ha paseado una vez más su conocido espíritu de supervivencia al salvar en cuartos de final un match ball ante el Efes de Perasovic. También viene demostrando durante estos últimos años que sabe rodear a la perfección a su gran estrella Spanoulis y que conserva un envidiable espíritu competitivo. Se trata de un bloque granítico que en el pasado ya ha sido capaz de tumbar al CSKA en peores circunstancias que las actuales y podría repetir la machada si lleva el duelo a su terreno.
La segunda semifinal enfrentará (20.30 horas) a Real Madrid y Fenerbahce, con ligero favoritismo para los blancos pese a la desventaja del ambiente. El dirigido por el vitoriano Pablo Laso ha sido el equipo más sólido de la presente Euroliga, aunque hoy deberá dar la réplica a un rival que va de menos a más después de recuperar a todos sus lesionados. Tras quedarse a las puertas de la gloria el año pasado en Berlín, debería ser ahora o nunca para los turcos en un Sinan Erdem Arena que estará repleto de camisetas amarillas. De conquistar el título, sería el primer equipo otomano en conseguirlo en la historia de la competición.