vitoria - La duda está instalada en los despachos del Buesa Arena: fichar o no fichar. Sito Alonso parece satisfecho con lo que hay y lo ha dejado entrever en sus manifestaciones públicas, pero también es obvio que un pívot no le vendría nada mal a un Baskonia que se encuentra ahora mismo en una encrucijada. Acudir al mercado para encontrar un recambio al decepcionante Andrea Bargnani con el cartel de comunitario FIBA implica tener que dar de baja a un elemento de su actual plantilla. Todas las miradas están depositadas en Laprovittola o Blazic, dos jugadores de la segunda línea que por una u otra razón son importantes a la hora de refrescar al equipo saliendo desde el banquillo.

Prescindir del base argentino, por debajo de las expectativas hasta la fecha, equivale a dejar coja una dirección en la que Rafa Luz ha brindado en contados momentos la consistencia necesaria a la hora de refrescar a Larkin. En el caso de que el perro de presa esloveno fuese el sacrificado, algo que ya sucedió el pasado curso ante la sorpresa generalizada, el perímetro perdería a un baluarte fundamental para conseguir una vuelta de tuerca en la intensidad defensiva.

Por tanto, toca meditar a fondo una decisión que tiene pros y contras. Las dudas se agolpan todavía más encima de la mesa teniendo en cuenta que la actual estructura azulgrana acaba de poner de manifiesto en el cruce ante el CSKA que se encuentra sobradamente capacitada para optar al cetro liguero una vez se produzca el pistoletazo de salida a los play off. Pese a la falta de un cinco dominante que imponga sus kilos y corpulencia bajo los tableros, Sito Alonso cuenta con una buena materia prima para poner fin a la larga sequía en el torneo doméstico.

roll, hopson, renfroe... Otro factor juega en contra de que el Baskonia añada una cara nueva a su vestuario. Y es que casi todas sus apuestas en este sprint final de la temporada han sido tradicionalmente de una rentabilidad escasa y no han ayudado al grupo a conseguir el ansiado salto de calidad. Ahí está por ejemplo el caso de Michael Roll el pasado curso. El ex del Zaragoza fue rescatado del baloncesto turco para ponerse a las órdenes de Perasovic y supuestamente mejorar las alternativas ofensivas del equipo vitoriano, pero este deseo quedó en agua de borrajas.

Como tampoco fueron de gran utilidad en años anteriores Scotty Hopson (2015), Alex Renfroe (2014), actualmente en el Barcelona, Vladimir Dragicevic (2011), John Lucas III (2009), Lou Roe (2007) o Drew Nicholas (2005). De las adquisiciones sobre la bocina efectuadas por el Baskonia, el único que ha dejado un grato sabor de boca fue Milt Palacio, un perfecto lugarteniente para Marcelinho Huertas en la dirección de juego y cuya aportación al engranaje de Dusko Ivanovic fue decisiva para la conquista del tercer y último entorchado de la ACB en 2010.

Cualquier movimiento a estas alturas solo entraría dentro de la lógica si un poste de indudable garantías se pusiera a tiro. Eso sí, debería reunir numerosas virtudes para poder brindar un rendimiento inmediato: acoplarse a los esquemas de Sito Alonso en un rápido intervalo de tiempo, a poder ser conocer la ACB y, por encima de todo, disponer de unas características diferentes a Voigtmann e Ilimane. Dado que la opción de que Luis Scola sea finalmente el elegido es casi inviable ante las serias dudas del icono argentino sobre su estado físico, deben medirse muy bien los riesgos que implicaría reforzar la pintura para, a cambio, dar de baja a un base o un escolta.

El mercado de hombres altos no ofrece hoy en día grandes gangas. Salvo que el Baskonia quiera pescar alguna pieza en la devaluada Liga de Desarrollo estadounidense -allí figura como mejor opción Stéphane Lasme-, habría que aguardar a la finalización de algunos torneos europeos para encontrar ese mirlo blanco. De momento, Sito Alonso no pudo ser más claro el domingo al término del paseo militar ante el Joventut. “Tenemos necesidades, pero podemos aspirar a todo con lo que hay”, zanjó el preparador madrileño cuando fue cuestionado por un posible refuerzo.