El nuevo formato de competición que ha implantado la Euroliga esta temporada ofrece tal grado de intensidad y emoción que los equipos participantes ven cómo su situación puede pasar prácticamente del blanco al negro en apenas unas pocas jornadas. Cualquier mínimo error es castigado con dureza y resulta obligado mantener al máximo la concentración para no encontrarse con sorpresas desagradables. Pero, en la otra cara de la moneda, la regularidad es un bien que cotoza muy alto. Y eso es precisamente de lo que está haciendo gala el Baskonia en este sprint final de la fase regular para encontrarse, casi cuando nadie contaba con ello, con la cuarta posición a tiro.
La jornada de ayer fue redonda para los de Sito Alonso. Porque a su contundente victoria sobre el Brose se sumó la inesperada derrota del Fenerbahce en su propio feudo ante un Maccabi que hace muchísimo que había perdido cualquier opción de acceder a los play off. Ese tropiezo deja a los turcos, actuales ocupantes del cuarto puesto, con solo un triunfo de ventaja sobre el cuadro vitoriano y el Panathinaikos. Todo ello, con únicamente tres apasionantes jornadas finales por disputarse..
Y el calendario de los de Zeljko Obradovic no es precisamente sencillo, ya que deben jugar contra Efes y Real Madrid fuera y ante el Barcelona en casa. El Baskonia por su parte se mide a Panathinaikos y Zalgiris en el Buesa y Galatasaray fuera dispuesto a aprovechar un nuevo error otomano. La vital ventaja de campo en el cruce está en juego.
En los prolegómenos del encuentro celebrado ayer en el Brose Arena de Bamberg, el escolta francés tuvo tiempo para departir amistosamente e incluso bromear con quienes fueron sus compañeros durante las últimas temporadas en el Baskonia.