vitoria - Hay dos equipos que se le dan especialmente mal al Baskonia en Europa en los últimos tiempos y provocan sudores fríos en la afición. Por haber causado muchos dolores de cabeza en el pasado, se han granjeado animadversión y respeto a partes iguales. Su jerarquía, prestigio, incuestionable potencial deportivo y, a menudo, excesiva bula arbitral están presentes antes de cada uno de los enfrentamientos. Por todos es sabido que uno de ellos es el pétreo Olympiacos, una china en el zapato y repleto de gladiadores de una poderosa complexión física que hacen de él un muro infranqueable.
El CSKA, vigente monarca continental y próximo visitante en el Buesa Arena, también se le indigesta en los últimos tiempos a la formación azulgrana, con un balance reciente de lo más inquietante. Apenas dos victorias en los diez últimos duelos directos ha facturado el Baskonia ante un gigante de múltiples recursos. El juego ruso es diametralmente opuesto al de los helenos. Mucho más ágil, alegre, dinámico y propenso a la anotación con dos fueras de serie como Milos Teodosic y Nando de Colo, pero igualmente sin antídotos en las filas del inquilino del Buesa Arena, que en el tormentoso duelo de ida celebrado en el Megasport Arena cosechó una hiriente derrota (112-84) pese a la ausencia del estilista exterior francés.
Baskonia y CSKA reeditarán este viernes el enésimo capítulo de una rivalidad histórica que ha deparado hasta la fecha más frustraciones que alegrías. Son ya 27 los enfrentamientos que han protagonizado en la máxima competición, con clara ventaja para los moscovitas (6-21). Si bien todavía permanece en la retina aquella memorable demostración de madurez en la semifinal de la Final Four de Moscú en 2005, la dictadura rusa se prolonga ya en el tiempo. Fue el gigante moscovita quien arruinó, por ejemplo, los sueños alaveses de incrustar su figura en la gran fiesta del baloncesto continental en las temporadas 2009-10 y 2012-13. Ambos equipos cruzaron sus caminos en sendas eliminatorias de cuartos de final, resueltas a favor del CSKA en el cuarto partido y por idéntico balance (3-1).
la frustración de teodosic El Baskonia consoló mínimamente sus penas en el encuentro del Top 16 correspondiente a la pasada temporada. En un Buesa Arena a reventar, el equipo dirigido por Velimir Perasovic se sacó la espina de las afrentas padecidas con un triunfo de prestigio que le colocó en una posición inmejorable de cara a hacer realidad más tarde el objetivo de la Final Four en Berlín. En aquella velada celebrada en enero de 2016 y con la derrota consumada, Teodosic acabó fuera de sus casillas. La estrella serbia recibió sendas técnicas por parte del colegiado francés Eddy Viator y debió enfilar el camino a los vestuarios. Minutos después, llegaría el particular show de Dimitris Itoudis en la sala de prensa. “Esto no ha sido un partido de baloncesto, sino una pelea de lucha libre”, denunció el histriónico técnico griego, que no pudo disimular su mal perder en una noche donde el Baskonia fue infinitamente superior y contrajo todos los méritos del mundo para prolongar su cuento de hadas en la segunda fase continental.
La estampa de Teodosic dirigiéndose hacia los vestuarios completamente desquiciado evoca a otras escenas históricas que han deparado los choques entre vitorianos y rusos desde el ejercicio 2001-02. La mecha se encendería definitivamente el 31 de marzo de 2004 cuando, antes del expolio arbitral que derivó en una injusta derrota (84-82), el CSKA expuso en un videomarcador imágenes en contra del Baskonia que finalizaban con el lema en perfecto castellano “"Tau no pasará"”. También hubo aficionados locales que esa noche movieron la canasta cuando algún integrante azulgrana lanzaba un tiro libre. La guinda sería la deleznable acción de Papaloukas en la que el griego simulaba con su mano derecha el gesto de rajar el cuello. A partir de ahí, batallas épicas con un desenlace fatídico en la mayoría de ocasiones. Imposible, por tanto, un oponente más atractivo para certificar esta semana casi de manera matemática el billete hacia el Top 8.