Vitoria - Se avecina el enésimo verano movido para el Baskonia, expuesto ya a perder a buena parte de su columna vertebral y ver desmantelada una plantilla que tiene en la actualidad muy cerca el billete para el Top 8 de la Euroliga. Muchos de sus primeros espada acaban contrato y la posibilidad de retenerles se encuentra plagada de dificultades ante las lucrativas ofertas que procederán del exterior, ya sea de los grandes transatlánticos europeos o de la propia NBA, cuyos enormes tentáculos amenazan la continuidad de las grandes estrellas en el Viejo Continente después de que las franquicias hayan visto aumentado de forma considerable el límite salarial para reclutar a los jugadores más desequilibrantes.

Entre los que podrían dar nuevamente con sus huesos en la mejor liga del mundo se encuentra Tornike Shengelia, que la semana pasada ya deslizó tras la victoria continental ante el Emporio Armani que su prioridad para este verano radica en volver a Estados Unidos y ayer insistió en esta idea abriendo con claridad, por tanto, la puerta a su salida del Baskonia.

“Mi objetivo general es intentar volver a la NBA. Si me quedo en Europa, quiero hacerlo en un equipo que pueda ganar títulos y todo el mundo sabe que el Baskonia es uno de ellos. Ahora mismo estoy pensando en el día a día y vamos a ver qué sucede”, reflexionó el pívot georgiano, que aterrizó en el Buesa Arena en el verano de 2014 con un contrato de tres años bajo el brazo.

Pese a la irregularidad mostrada en la capital alavesa y sus múltiples problemas con las lesiones, a Shengelia no le faltarán novias para emprender una nueva aventura profesional. Eso sí, está por ver si suscita el interés de alguna franquicia de la NBA, donde militó con escaso éxito entre 2012 y 2014. Ni en los Nets de Brooklyn ni más tarde en los Bulls de Chicago se asentó como una pieza importante de la rotación, de ahí que decidiese retornar al baloncesto europeo para relanzar su carrera.

dos veranos cerca del adiós Más maduro en la actualidad y a sus 25 años, Toko quiere volver a probar fortuna en la mejor liga del mundo, pero no a cualquier precio. Buscará un equipo que, ante todo, le garantice minutos y cierta continuidad sobre la cancha, aunque si eso no es así sopesará su continuidad en Vitoria -el Baskonia está vivamente interesado en su continuidad- o, en su defecto, en otra liga europea donde posea un buen cartel.

Shengelia siempre ha sido un foco de tensión en el Baskonia durante los veranos. Al término del ejercicio 2014-15 y con una ficha insostenible para las arcas azulgranas, su salida parecía cantada tras el acuerdo con Víctor Claver, pero el hecho de que el Valencia Basket igualara la propuesta alavesa en el derecho de tanteo motivó su permanencia en Vitoria. Cuando finalizó el curso 2015-16, el georgiano también tuvo un pie fuera del equipo. El Panathinaikos estaba dispuesto a acogerle con los brazos abiertos, pero el club griego se negó en rotundo a pagar un traspaso y ahora está cumpliendo su tercer año de militancia azulgrana.

La posible marcha de Shengelia sería más lesiva que la de otros compañeros para los intereses baskonistas por una razón. Es uno de los cuatro jugadores que ocupa plaza de jugador de formación en la ACB junto a Ilimane, Luz y Sedekerskis. De no renovar su vínculo, el club alavés debería zambullirse en el mercado en busca de un baloncestista con idéntico status, una premisa que no es nada fácil tal y como está quedando patente en los últimos años. Muy caros y de dudosa calidad, los cupos susceptibles de recalar en el Buesa Arena se cuentan prácticamente con los dedos de una mano.