vitoria - Si la espalda de Andrea Bargnani lo permite, mañana se darán cita en el Fenerbahce Ulker Sports Arena dos de las elecciones más controvertidas como sendos números 1 del draft de la NBA. De un lado, estaría el frágil pívot italiano del Baskonia, escogido en lo más alto del podio en 2006 por Toronto Raptors. Enfrente le dará la réplica en la zona el en su día también sobrevalorado Anthony Bennett, al que los entendidos califican como la peor apuesta de la historia en la lotería de jugadores de la mejor liga del mundo. En el caso del canadiense, reclutado por Zeljko Obradovic para el cuadro afincado en Estambul a primeros de este año tras ser cortado por los Nets, constituyó la sorprendente preferencia de Cleveland Cavaliers en 2013 tras una de las promociones más pobres que se recuerdan en cuanto a calidad de jugadores.

Ninguno ha terminado siendo tan determinante al otro lado del charco como vaticinaban los augurios, si bien Bargnani ha completado una trayectoria de trece temporadas erigido en un poste importante en la rotación de franquicias con mucha solera como los Raptors, los Knicks y los Nets. Mucho menos prestigioso es el curriculum de Bennett, que ha pasado con más pena que gloria por cuatro equipos en cuatro años. Los Cavaliers, los Timberwolves, los Raptors y los Nets no han tardado demasiado tiempo en abrirle la puerta apreciado que las grandes expectativas existentes con su juego no se han cumplido ni por asomo.

Su bagaje en la NBA asciende a 151 partidos durante todo este intervalo con unos números pobrísimos que denotan la falta de tino de muchas franquicias americanas a la hora de escoger a los mirlos blancos del draft. Huele tanto a chamusquina que, a punto de cumplir las 24 primaveras y obligado a hacer méritos ante los ojos de los directivos de su país, ha decidido emigrar al baloncesto europeo para enderezar una trayectoria repleta de sombras.

El adinerado Fenerbahce ha sido su sorprendente destino avanzada esta temporada, aunque su papel no incluye hasta la fecha en la Euroliga ninguna actuación espectacular que haya dejado boquiabierto al personal. Más bien, todo lo contrario. Apenas ha disputado cuatro partidos con una media de ocho minutos en los que promedia unos insignificantes 0,8 puntos y 0,8 rebotes. Las fuertes restricciones existentes en la liga turca a la hora de que actúen jugadores locales también provocan a menudo que sea uno de los descartes de Obradovic en la competición doméstica. Es decir, continúa sin remontar el vuelo un jugador que está sufriendo la maldición que acecha al número 1 del draft. Su caso evoca a los de Michael Olowokandi (1998), Kwame Brown (2001) o Greg Oden (2007), que también fueron auténticos fiascos.

enfermedades “Estoy tan sorprendido como todo el mundo”, le confesó Bennett al periódico New York Times la noche en que salió elegido en primer lugar en el Madison Square Garden. Otros jugadores aparecían por delante suyo en las predicciones, entre ellos Nerlens Noel, Alex Len o Victor Oladipo, pero los Cavaliers no titubearon a la hora de apostar por este canadiense formado en la universidad de Nevada-Las Vegas. La aparente falta de calidad de la generación de universitarios de ese año hizo que Cleveland tomara una decisión hasta cierto punto osada. Tras esta apuesta, rodaron cabezas en la franquicia. Una de ellas fue la del manager general Chris Grant.

Y es que había antecedentes que desaconsejaban el fichaje de este ala-pívot de 2,03 metros y casi 120 kilos. Bennett, que solo estuvo un año en la universidad, sufría enfermedades como asma y apnea del sueño. Además, necesitó una operación de hombro que le impidió entrenar durante el verano que marcó un antes y un después en su vida. En la campaña de su debut en la NBA, el canadiense -que también ha protagonizado incursiones en la Liga de Desarrollo- tardó cinco partidos en meter una canasta y una semana en anotar la siguiente.

Su consabida tendencia al sobrepeso, derivada de una afición casi obsesiva a las pizzas, también se ha convertido en otro factor de riesgo para los directivos a la hora de apostar por Bennett, que en Estambul está pasando de puntillas. Jugadores más asentados y versátiles como Udoh, Vesely, Antic, Datome o el joven Duverioglu le cierran el paso en las filas del vigente subcampeón continental. Si un maestro con la friolera de ocho Euroligas a sus espaldas como Obradovic tampoco recurre a sus servicios, definitivamente pintan bastos en su carrera.