vitoria - Cuando la fase regular de la Euroliga avanza a un ritmo vertiginoso hacia su ecuador, el Baskonia ya se encuentra en el grupo de elegidos que están llamados a hacer algo grande en la presente temporada. Todavía queda un mundo por delante y, por tanto, margen suficiente para que se produzcan toda clase de vaivenes en la tabla clasificatoria, pero el cuadro vitoriano mantiene una elevada cotización a la espera de los tres últimos partidos de la primera vuelta ante el Barcelona, Panathinaikos y Maccabi. De momento, su candidatura está encima de la mesa cuando pocos apostaban por él.
Cuando se dio el pistoletazo de salida a la edición más exigente de la historia, existían serias dudas acerca de las posibilidades de un conjunto obligado un verano más a reinventarse y empezar otro proyecto de cero. Pues bien, ni el hecho de verse obligado Sito Alonso a acoplar en un corto espacio de tiempo a un elevado número de jugadores ni, sobre todo, el incesante cúmulo de lesiones vividas desde la pretemporada han hecho mella en un grupo que, en realidad, sólo ha dejado de competir en una única ocasión: la salida a Moscú ante el vigente campeón CSKA.
El balance actual de 8 victorias y 4 derrotas resulta elogiable desde cualquier punto de vista. Al margen de suponer un buen pellizco económica para las arcas del Buesa Arena, que ya han ingresado hasta la fecha 320.000 euros, la solvente trayectoria azulgrana abre la puerta a la opción de repetir el grandioso éxito de la última campaña con el billete para la Final Four de Berlín. Como no podía ser de otra forma, el paulatino transcurrir de las jornadas va colocando a los dieciséis equipos en el lugar que les corresponde. El Baskonia ocupa uno de privilegio mientras otros rivales que tenían teóricamente la apariencia de ser superiores van emitiendo síntomas de vulnerabilidad y perdiendo terreno a pasos agigantados.
Lo más positivo para la escuadra adiestrada por Sito Alonso es que ya ha abierto un boquete importante respecto a la novena posición, propiedad en este instante del trío integrado por el Barcelona, el Estrella Roja y el Maccabi. Culés y hebreos deben rendir visita precisamente al Buesa Arena antes de finales de año, por lo que cabe la opción de ensanchar esta diferencia respetable respecto a dos clásicos del baloncesto continental que se encuentran en horas bajas.
lo más arriba posible Únicamente los ocho primeros clasificados accederán al play off de cuartos de final, de ahí que el Baskonia debería sufrir un pronunciado bajón en la segunda vuelta para quedarse fuera de la competición. Algo que parece impensable teniendo en cuenta que el preparador madrileño mantiene todavía en la reserva a Prigioni y Bargnani, el único foco de preocupación en la actualidad en un plantel con mucha pólvora y que conserva un envidiable gen competitivo.
Claro que el objetivo azulgrana a medio-largo plazo no reside únicamente en superar esta primera criba. Nadie pone freno a la ambición y la aspiración reside en acabar la fase regular en el puesto más alto posible con el fin de asegurar la ventaja de campo en la eliminatoria previa a la Final a Cuatro de Estambul. La lógica dicta que, a mejor ubicación final, más asequible debería ser el rival de turno que se interponga en el camino de los alaveses hacia su sexta presión en la reunión más elitista del Viejo Continente. Sin embargo, orientar la vista hacia tan adelante y con dieciocho jornadas por disputarse carece de sentido.
Dando por sentado que la supremacía del CSKA es incuestionable y que los rusos acabarán líderes habida cuenta de su inmaculada trayectoria, el Baskonia se propone seguir en la pelea con equipos de indudable pedigrí como el Fenerbahce, el Real Madrid, el Olympiacos o el Panathinaikos, al que la llegada de Alessandro Gentile puede colocar en otra dimensión. No será sencillo, pero los vitorianos ya han dado muestras de lo que son capaces. Su plantilla dispone de recursos y el fondo de armario suficiente como para codearse con la nobleza continental, si bien mantener la regularidad a lo largo de tantos meses de competición constituirá un auténtico desafío.
Si el Baskonia está ahora mismo a la altura de los mejores, no sólo es debido a su solvencia como anfitrión -únicamente el Olympiacos ha profanado el Buesa Arena teniendo en cuenta las victorias cosechadas ante los cuatro representantes turcos y el Brose alemán-, sino también a la trascendencia que han supuesto tres alegrías a domicilio en canchas extremadamente complejas. El Real Madrid, el Estrella Roja y el Unics han sido víctimas de la pegada alavesa.