Se trata, evidentemente, del tiro más cómodo que se puede realizar dentro de una cancha de baloncesto. Desde una distancia accesible para cualquiera, sin la posibilidad de que ningún rival moleste y con tiempo suficiente para poder concentrarse. Sin embargo, en no pocas ocasiones, el lanzamiento desde la línea de 4.60 se convierte en el inexplicable potro de tortura para algunos jugadores. Eso es precisamente lo que le estaba ocurriendo en la presenta temporada a Toko Shengelia que, sin saber muy bien por qué, sufría un auténtico calvario cada vez que se enfrentaba a unos tiros libros. El duelo de ayer frente al Unics Kazan, sin embargo, sirvió para que diera carpetazo a esta maldición de la mejor manera posible.

Y es que el georgiano fue el gran protagonista de la valiosa victoria conquistada por el Baskonia resultando determinante, además, desde la línea de personal. Después de todo lo que había sufrido, el pívot azulgrana encontró por fin el punto de mira que tenía extraviado para rubricar una estadística espectacular en este apartado. Nada menos que diez lanzamientos convertidos de los once intentados con un estratosféricos ocho de ocho en los tres últimos minutos de la contienda.

Teniendo en cuenta los precedentes, se antojaba la situación ideal para que los nervios afloraran volviendo a causar estragos en el pulso del georgiano. Sin embargo, nada de eso sucedió. Afortunadamente Shengelia fue capaz de mostrarse infalible en los momentos decisivos, cuando el balón quema en las manos y las pulsaciones se aceleran sin remedio hasta parecer un caballo desbocado. Gracias fundamentalmente a esa templanza puede celebrar hoy el Baskonia la consecución de la octava victoria en la Euroliga.

Con el Unics Kazan llevando claramente la iniciativa en el marcador y en el juego y el encuentro caminando irremediablemente hacia un cara o cruz final, cada punto valía su peso en oro y un mínimo error, por pequeño que fuese, costaba carísimo. Por eso, resultaba fundamental no desaprovechar ni una sola oportunidad de poder anotar con cierta tranquilidad.

Una máxima que Toko ejecutó al milímetro. De esta manera desde el 84-80 con el que dio inicio su particular serie a falta de 2.54 para la conclusión de la contienda hasta el 91-92 que reflejó el marcador final fue el autor de ocho de los doce puntos baskonistas. Únicamente un triple de Larkin y otro lanzamiento libre de Ilimane Diop le acompañan en la planilla en ese tramo decisivo del duelo. Prácticamente él solo se bastó y se sobró para acabar Langford, Colom y compañía.

La última demostración de sangre fría -y acierto- por parte del georgiano se produjo en la penúltima acción del encuentro, precisamente para terminar de decantarlo del lado vitoriano. A falta de poco más de un segundo para que sonase le bocina Antipov no tuvo más remedio que hacerle falta para impedir su penetración hasta la canasta. El Unics disfrutaba de una mínima renta (91-90) pero en las manos de Shengelia estaba la posibilidad de dar la vuelta a la situación. La presión desde luego era máxima. Más aún teniendo en cuenta que llegaba a ese momento tras anotar seis tiros libres consecutivos. Pero la responsabilidad no le pesó ni un gramo. Con la máxima tranquilidad ejecutó ambos lanzamientos y la pelota acabó dentro de la red sin la más mínima incertidumbre. Al Unics solo le quedaba ya encomendarse a un milagro que no encontró y a Toko despedirse de su particular maldición. El pobre 55% (15/27) de acierto con el que llegó a esta cita afortunadamente ya es historia.

Ejecutor. Shengelia fue el autor de ocho de los doce últimos puntos del Baskonia. Todos ellos llegaron desde el tiro libre -sin ningún fallo- en los últimos 2.54 minutos de la contienda. Un triple de Larkin y un lanzamiento de personal de Ilimane completaron la anotación alavesa.

Máxima presión. Los últimos tiros de Toko llegaron a poco más de un segundo para el final para dar la vuelta definitiva al marcador. No le tembló la mano en absoluto y convirtió el 91-90 provisional en el definitivo 91-92 que otorgó el triunfo al Baskonia.

15/27

En los nueve encuentros de Euroliga anteriores que había disputado el jugador georgiano, presentaba una pobre estadística desde la línea de personal de 15/27. Apenas un 55% de acierto que le había lastrado considerablemente. Ayer, sin embargo, firmó un espectacular 10/11 global para pasar del 90%.