vitoria - Tras hacerse fuerte en casa en los últimos tiempos, al Baskonia le llega el momento de arañar algo positivo a domicilio para consolidar su ubicación en la zona noble de la Euroliga. Cualquier equipo que se precie está obligado a mostrar solidez al amparo de su público con el fin de soñar con la Final a Cuatro, pero el prestigio, el respeto de los rivales y el salto de calidad se los gana uno en los desplazamientos más ásperos. Ahí se pone a prueba la madurez de un supuesto aspirante a todo como el cuadro vitoriano, con mejores resultados que juego de un tiempo a esta parte y que necesita mejorar en todas las facetas del juego si quiere poner de manifiesto que su candidatura en todos los frentes no son simples fuegos de artificio.

En la edición continental más glamurosas que se recuerda, cualquier partido a domicilio se halla plagado de dificultades. No se puede minusvalorar a ningún anfitrión por mucho que su nombre no llame tanto la atención como otros. Eso sucede con el Unics, la nueva piedra de toque azulgrana y un conjunto a respetar habida cuenta de los contrastados nombres que conforman su plantel, empezando por esa máquina de anotar en que se ha convertido Langford a lo largo de su carrera.

Por haber sumado únicamente tres triunfos y compartir el farolillo rojo de la Euroliga junto al Brose Baskets y el Galatasaray puede parecer el ruso un oponente asequible, pero mal haría el Baskonia en no poner los cinco sentidos en un encuentro -programado a un horario intempestivo debido a las dos horas de diferencia existentes con Kazan- que le puede colocar entre los cuatro primeros de la clasificación si el Olympiacos sucumbe en su difícil salida a Kaunas.

Mucho habrá en juego en un duelo que precede un exigente tramo del calendario. Tras esta salida, los próximos rivales serán por este orden Barcelona, Panathinaikos y Maccabi. De ahí que sea interesante hacer acopio de un triunfo que refuerce la autoestima azulgrana. Con bajas importantes en su roster y la inquietud por el estado físico de Larkin, pero también con la confianza que generan sus recientes victorias y la convicción de que puede competir ante cualquiera si está inspirado, el conjunto de Sito Alonso es consciente de que el Basket Hall de Kazan es una de las plazas donde debe pescar sí o sí.

Para ello, será preciso realizar un buen trabajo colectivo en una de las canchas más gélidas del torneo donde la presión del público brilla por su ausencia. Al margen de Langford, máximo anotador de la Euroliga con más de 23 puntos de media, el Unics se nutre de la aportación de varios ex de la ACB. La clarividencia de Colom en la dirección y el atleticismo de Williams en el juego interior constituyen dos de sus puntos fuertes. Banic, el tercero en discordia, ya comienza a acusar el paso de los años y su rol es muy secundario. Parakhouski, aquel fornido poste que tanto daño hizo al Baskonia cuando militaba en el Nizhny, emerge como una latente amenaza para la liviana zona azulgrana, propiedad únicamente de Voigtmann e Ilimane ante la baja de Bargnani.

Se espera que Larkin pueda ser de la partida pese al proceso gripal sufrido en los últimos días. El hecho de que ayer se subiera al chárter que en poco más de cinco horas trasladó al Baskonia hasta Kazan alienta el optimismo. El concurso del americano es vital para un equipo que depende en gran medida del acierto de su perímetro. El dulce estado de Beaubois será otra de las bazas a explotar en la capital de Tartaristán.