vitoria - Se cernían negros nubarrones sobre el Buesa Arena cuando minutos antes del comienzo del partido se daba a conocer la baja de Bargnani por problemas, según especificó el club, en una de sus rodillas. En ese momento, y con los antecedentes defensivos de las últimas comparecencias aún calientes, las miradas de Sito Alonso se tornaron hacia perfiles más ajustados al italiano como Voightman y, especialmente, Illimane Diop, al que poco menos que debió deslizarse algo así como: “Hoy te toca”. Y vaya que si lo hizo el canterano, que intrepretó el desafío como uno de esos momentos que marcan la carrera de un jugador y asumió el reto después de un titubeante inicio de temporada para cuajar minutos más tarde el mejor partido de la temporada y, probablemente, de su carrera en el club.

Desde el primer minuto, y en la misma sintonía que demostraron el resto de sus compañeros, Diop ofreció un recital de intensidad física y una actitud encomiables que contribuyeron a borrar del mapa a un irreconocible Darussafaka turco, que conviene recordar que el pasado verano se gastó 30 millones de euros en confeccionar su plantilla. Como un juguete en manos de un niño, Baskonia zarandeó ayer al gigante turco cómo y cuando quiso, ninguneando con insultante descaro al mismo equipo que hasta la fecha ha sido el único capaz de derrotar al CSKA de Moscú. Y a ello contribuyó el 5 baskonista, en cuya hoja de servicios figuraron cuatro de los nueve tapones que el equipo firmó sobre el parqué del Buesa -uno de ellos, por cierto, espectacular a dos manos ante Clyburn en el primer cuarto- y un discreto 2 de valoración tras no anotar ningún punto. Pero esto era lo que ayer necesitaba el equipo y lo que Sito Alonso confirmó minutos después: “Illi lleva ya unos días haciendo las cosas bastante bien y si ahora está jugando es porque está mejor. Antes, al comienzo, no estaba todo lo comprometido con lo que tenía que hacer para ayudarnos; estaba más pendiente de anotar que de defender, poner tapones y ser agresivo. El resto ya vendrá luego solo. Es vital para nuestra estructura defensiva”, resolvió el técnico baskonista, satisfecho por el esfuerzo colectivo de un plantel que poco a poco va engrasando su sistema defensivo. El de ayer, sencillamente, fue de manual. Probablemente el mejor ejercicio de la escuadra alavesa en lo que va de temporada. Porque a pesar de la vitola de nuevo rico con la que compareció Darussafaka, no hubo ni una sola concesión por parte del Baskonia, que abusó de su rival en todos los ámbitos y facetas del juego. Faltó acierto ayer pero sobró actitud, derroche, intensidad y ese concepto innegociable en Baskonia llamado carácter. Con éste por bandera, el equipo comienza a dar muestras de una temible pegada.

El senegalés fue un muro en defensa. Prueba de ello es que consiguió un registro espectacular en una materia donde ha mejorado de forma ostensible en los últimos años. Jugadores como Clyburn o Wanamaker soñarán con él durante los próximos días.