vitoria - El viaje del Baskonia a Milán el pasado lunes supuso la pérdida de un valioso equipaje. Como desgraciadamente se pudo comprobar en la pista durante los cuarenta largos minutos que duró la contienda, el conjunto vitoriano extravió su espíritu en el desplazamiento. Saltó al parqué convertido en un grupo sin alma y, como inevitable consecuencia, encajó una dolorosa derrota que, además, abrió importantes interrogantes que deben ser cerrados inmediatamente. Por todo ello, el plantel de Sito Alonso afronta el duelo de esta noche obligado -como primer objetivo- a recuperar su ADN.

Las señas de identidad que le han caracterizado históricamente y que le han permitido protagonizar un arranque de competición notable hasta el momento. La escuadra de Zurbano ha demostrado ya este curso que tiene un techo elevado al que aún no se le adivina límite pero también ha comprobado de manera cruda que, si actúa despojado de la actitud que se le supone, se convierte en una amalgama vulgar que se mueve a impulsos sin mucho sentido.

Conocida ya por lo tanto la enfermedad, ahora únicamente debe convertirse en un paciente aplicado y administrarse los medicamentos prescritos convenientemente hasta alcanzar la curación definitiva. A priori una receta no demasiado complicada puesto que ya ha dado el primer paso -establecer el diagnóstico-, que en ocasiones se convierte en el más complicado. Además, las medicinas a las que tiene que recurrir están claramente a su alcance y pasan, fundamentalmente, por reencontrarse a sí mismo.

De esta manera, si el Baskonia es capaz de unir de nuevo la sombra que fue en el Palabancodesio al robusto cuerpo que la produce no debería tener mayores problemas para deshacerse hoy de un adversario encuadrado en el segundo o tercer nivel del elitista formato actual de la Euroliga. Porque lo cierto es que, sobre el papel, el Brose alemán se encuetra varios peldaños por debajo del conjunto alavés que, además, contará con la ventaja añadida del empuje extra que siempre produce actuar al calor del Buesa Arena.

Ausencia de ‘Toko’ Shengelia Bien es verdad que el encuentro llega mediatizado también por otros factores que pueden llegar a provocar un cierto grado de incertidumbre pero, pese a ello, la previsible victoria local no debería peligrar excesivamente. El combinado azulgrana tendrá que gestionar el enorme desgaste que produce jugar el cuarto partido en apenas siete días pero la realidad es que su oponente se encuentra en una tesitura idéntica, por lo que difícilmente podrá extraer alguna ventaja importante.

Por otro lado la baja por tercer encuentro consecutivo de Tornike Shengelia deja a Sito Alonso sin una de sus principales referencias -especialmente en lo que a intensidad y agresividad dentro de la zona hace referencia- pero la plantilla es lo suficientemente profunda como para conseguir que la ausencia del georgiano pase una factura excesiva.

En definitiva, el Baskonia comparece esta noche en el Fernando Buesa Arena obligado a demostrar que los trámites para recuperar su alma extraviada en el desplazamiento a Milán han surtido efecto de manera inmediata. Y, de paso, sumar una victoria imprescindible para evitar enlazar por primera vez en el curso actual tres tropiezos consecutivos y abrir el siempre peligroso y comprometido baúl de las dudas.