vitoria - El Baskonia se va a encontrar esta noche con un adversario acostumbrado a vivir en los últimos tiempos al límite. Y es que el Brose Baskets parece haberse especializado en instalarse en el filo de la navaja. Una ubicación que hasta la fecha le ha producido bastantes más cortes que alegrías pero que, considerando el estrechísimo margen que separa una cosa de la otra, podría ver alterada esta tendencia en cualquier momento. Por todo, el plantel vitoriano hará bien en tenerlo en cuenta y no confiarse lo más mínimo a lo largo de la contienda.
Porque lo cierto es que los números de la escuadra alemana no engañan. En las siete jornadas de la Euroliga que se han disputado hasta el momento presenta un balance de cinco derrotas y únicamente dos victorias. Un expediente que podría invitar a pensar en un equipo con no demasiados recursos y sin espíritu competitivo. Pero nada más lejos de la realidad. Porque, a tenor de lo sucedido en todos estos compromisos, no resulta demasiado exagerado pensar en la posibilidad de un bien diferente 7-0.
Y es que el Brose ha tenido serias opciones de triunfo hasta el último momento en todas sus comparecencias. De esta manera, tres de sus cinco tropiezos se han producido por un solo punto de diferencia, en otro cayó por dos y en el que la diferencia fue mayor la renta del vencedor se fue hasta los cuatro puntos. Un balance difícil de asimilar desde luego en lo anímico pero que refleja con nitidez el enorme grado de competitividad del cuadro teutón.
Esta particular maldición arrancó ya en la primera jornada, cuando estuvo muy cerca de dar la sorpresa en el feudo del todopoderoso Fenerbahce. Sin embargo, al final la victoria se quedó en Estambul (67-66). Tras imponerse una semana después, de nuevo llegó la decepción en otro duelo de envergadura. Así, el Panathinaikos de Mike James y Bourousis se llevó el triunfo de Bamberg por 83-84.
El margen de la derrota alcanzó su mayor dimensión en la cuarta jornada, cuando el Barcelona se deshizo en el Palau Blaugrana de los de Trinchieri por cuatro puntos que, teniendo en cuenta los precedentes, se antojaban un mundo (78-74). El siguiente duelo en casa con el Armani Milán les permitió reencontrarse con el triunfo pero, casi sin solución de continuidad, regresó al filo de la navaja. De esta manera la pasada semana volvió a Estambul, en esta ocasión para medirse al Darussafaka, y nuevamente salió trasquilado tras rozar el triunfo con la yema de los dedos. El marcador final, un ajustado 72-70. El martes, tuvo lugar la que hasta ahora es la guinda de su amargo pastel.
Polémica muy reciente El Brose recibía en su propia pista la visita del Estrella Roja serbio. Un adversario de su liga ante el que no estaba dispuesto a permitir más concesiones. Sin embargo, no pudo asegurarse un resultado holgado a lo largo de la contienda y se plantó en los instantes finales con todo por decidir. Parece lógico pensar que intensos sudores fríos comenzarían a recorrer las espaldas de Trinchieri y sus discípulos. Visto el desenlace, resulta harto comprensible.
Porque, una vez más, el Brose cio cómo se le escapaba la victoria por un único punto de diferencia. Con el agravante de que en esta oportunidad el epílogo de la contienda estuvo rodeado de una fuerte polémica. A falta de siete segundos para el pitido final, el marcador registraba un 78-79 y el conjunto alemán debía poner la pelota en juego desde su propia canasta. Es decir, tenía una última jugada para ganar o, como mínimo, forzar la prórroga.
Darius Miller, casi había sido el héroe de su equipo en la última jornada de la liga doméstica, asumió la responsabilidad y se lanzó a por un nuevo éxito en una penetración. Sin embargo, entre Branko Lazic y Milko Bjelica lo pararon y su lanzamiento no entró por el aro.
Los colegiados no señalaron una falta más que probable y el triunfo fue a parar a manos del Estrella Roja al mismo tiempo que Trinchieri explotó en la banda con unas espectaculares protestas que no le llevaron a ningún destino más que a descargar su enfado a patadas con las sillas del pabellón. “No sé qué más tienen que hacer mis jugadores para que les piten una falta. Soy afortunado de haber visto la repetición ahora. La verdad es que no se qué decir”, clamaba en la rueda de prensa posterior. Una nueva herida en la vida al filo del Brose que ojalá no cambie de sentido hoy en el Buesa.
Jornada 1. Derrota por uno en el feudo del Fenerbahce (67-66).
Jornada 3. Tropiezo en casa ante el Panathinaikos (83-84).
Jornada 4. Encaja en Barcelona su derrota más amplia (78-74).
Jornada 6. Pierde en Estambul por dos puntos ante el Darussafaka (78-76).
Jornada 7. El Estrella Roja se llevó el triunfo de la pista del Brose en un final muy polémico otra vez por un punto (78-79).