VITORIA - El rencuentro con la competición doméstica del Baskonia tras el partido del viernes en Belgrado y el accidentado e interminable viaje de retorno tuvo una evidente factura en la manera en la que el equipo descorchó la cita ante el ICL Manresa. Apostó Sito Alonso por un quinteto con Diop y Beaubois como jugadores de refresco, junto a los habituales Larkin, Shengelia y Hanga. Sin embargo, en las primeras acciones ya se pudo comprobar que el arranque de la desangelada matinal en el Buesa Arena no iba por el camino correcto. Beaubois erró el primer lanzamiento del duelo desde la línea de tres puntos. Ilimane Diop interceptó un balón en defensa como preludio a una falta en ataque y dos lanzamientos que no llegaron siquiera a tocar el aro manresano. En medio de este correcalles transcurrieron los dos primeros minutos en los que también Manresa contribuyo con su parte de despropósito sin que el marcador se moviera. Fue Shane Larkin el que logró la primera canasta, con un lanzamiento triple. Tampoco esta acción logró aportar serenidad y centrar a los jugadores azulgranas que ofrecieron todo tipo de facilidades en la defensa para entonar a sus rivales. Con los puntos iniciales de Auda, Cakarun y Cvetkovic tomaron el mando en el marcador los de Ibon Navarro, 3-7 minuto cuatro, ante un Baskonia que evidenció aún que no estaba con los cinco sentidos en la cancha del Buesa Arena en una fría matinal. Otro triple de Beaubois recortó la diferencia, pero la pasividad en la siguiente acción defensiva azulgrana que regaló dos tiros libres a Cvetkovic, destapó la versión más furibunda de Sito Alonso.
más actividad Con 4:50 por disputarse del primer cuarto todavía optó el madrileño por un revolucionario y cuádruple cambio que llevó al banquillo a unos desafortunados Larkin, Beaubois, Shengelia y Diop. Solo salvó de la quema a Adam Hanga y rodeó al húngaro de Rafa Luz, Jaka Blazic, Kim Tillie y Johannes Voigtmann. La total restructuración del quinteto en pista tuvo el claro mensaje de poner en evidencia su nefasto arranque que les llevó de manera colectiva a las sillas de los suplentes. Sentados en la banda pudieron ver cómo la denominada segunda unidad cambió el rumbo del partido y empezó a someter al equipo maresano. Con Adam Hanga y Jaka Blazic como termómetros de la actividad defensiva, hilvanó el conjunto azulgrana un parcial de 10-2 para hacerse con el control del marcador en poco más de dos minutos y medio. Un triple de Hanga significó el 16-11 para poner el colofón a ese parcial, a falta de 2:29 para cerrar el primer acto. En el tiempo muerto solicitado por Alonso se le pudo escuchar con claridad la diferencia en el nivel de intensidad defensiva con su remodelado quinteto, a diferencia del inicial en el que no se defendió “absolutamente nada”, vociferó el técnico. Después de ese periodo para la reflexión terminó por modificar el quinteto y concedió los primeros minutos en Zurbano al debutante Chase Budinger que terminó el primer cuarto, comenzó el segundo y pudo anotar un triple como su primera canasta en la ACB. El estadounidense no tuvo la misma participación que en Belgrado y el buen partido de Hanga y Blazic le limitó para haber disfrutado de más minutos en cancha, aunque mostró su capacidad para robar rebotes en el aro rival y tener segundas opciones de tiro.