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Repartió esfuerzos. Obligado en unos casos por las circunstancias (las molestias de Bargnani) y en otros por decisión propia, el técnico azulgrana trató de repartir los esfuerzos y los minutos de juego dando oportunidades a los menos habituales. Y es que por delante espera una semana con tres exámenes de enorme dificultad. Encontró la fórmula para activar al equipo tras el descanso.

Enorme diferencia. Prácticamente nada tiene que ver la brillante historia del Joventut con la realidad actual del club. El conjunto verdinegro dispone de una plantilla más que justita para la ACB y la diferencia de potencial respecto a la del Baskonia es abismal.

Superar los problemas. Una de las grandes virtudes del conjunto vitoriano ayer fue que no se dejó influir por los problemas con los que tuvo que encarar la cita. De esta manera, dejó a un lado el cansancio acumulado por el desplazamiento a Kaunas y el partido disputado el viernes y la ausencia por lesión de Bargnani para sobreponerse y alcanzar la victoria.

badalona - Como esos diques que van agrietándose peligrosamente a medida que se acumula el agua tras el muro de contención hasta terminar reventando irremisiblemente dando lugar a un fatídico desenlace anunciado tiempo atrás. Así discurrió el encuentro de ayer para el histórico Joventut. El rival del Baskonia se empeñó en resistir a las sucesivas acometidas vitorianas pero, con el paso de los minutos, su solidez cada vez era más insostenible y, al final, su protección saltó por los aires para permitir la cuarta victoria azulgrana en el presente curso liguero. Y es que el casi siempre eficaz peso de la lógica impuso su ley tras el descanso. No sin esfuerzo, eso sí.

Porque lo cierto es que el combinado de Sito Alonso debió de superar diferentes obstáculos para poder salir airoso del trance. La mayoría de ellos, generados por él mismo. El primero, la inesperada ausencia de su principal faro ofensivo esta campaña. Andrea Bargnani arrastraba molestias físicas producidas por un golpe en el gemelo izquierdo recibido el viernes en Kaunas y no era cuestión de arriesgar teniendo en cuenta los muchos e importantes compromisos que aguardan a la vuelta de la esquina. Como consecuencia, el italiano siguió las evoluciones de sus compañeros sentado en el banquillo durante los cuarenta minutos. Además, el equipo compareció en Badalona apenas treinta y seis horas después de su derrota ante el Zalgiris y con el cansancio acumulado en el viaje.

Por todo ello, el duelo se presentaba con un peligroso tufillo a trampa. Una ocasión ideal para sufrir una crisis de ausencia a la que podría contrinuir un exceso de confianza motivado por enfrentarse al colista. Un conjunto que todavía no conoce la victoria y que, en las antípodas de la gloria que derrocha su historia, deberá sufrir lo indecible para poder conservar la categoría. Para tratar de evitar todo esto, el Baskonia arrancó con la consigna de intentar romper el choque por la vía rápida para poder dedicarse a admisistrar su renta después.

Con la sorpresa de Cooney en el quinteto titular y una notable actividad defensiva, el cuadro vitoriano pareció encaminarse hacia su propósito y alcanzó rápidamente una ventaja de siete puntos (5-12) que se antojaba el anticipo de la losa que taparía el ataúd verdinegro. Fue, sin embargo, únicamente un chispazo que se apagó rápidamente con el primer soplo de viento local. Con las habituales concesiones en el rebote, la relajación defensiva y la pérdida de puntería en la canasta contraria, el Baskonia dio vida a su oponente y se introdujo en una espiral peligrosa. Solo en cortas oleadas imprimía algo de ritmo a su juego para inquietar mínimamente al Joventut pero enseguida regresaba a su aparente atonía para dejar incluso que la Penya cobrase mínimas rentas. Así, llegó el descanso con tablas (40-40) en el marcador.

El paso por los vestuarios le vino bien a la escuadra de Zurbano, que recuperó algo de intensidad -y acierto- en el tercer periodo. Con un Larkin más inspirado para dar con las mejores soluciones en el juego ofensivo y Akognon en su versión killer -firmó tres triples casi consecutivos-, el tramo final de este cuarto registró una nueva escapada azulgrana (56-65). No obstante el dique verdinegro, aunque muy inestable ya, todavía se mantuvo en pie y el Joventut inició los diez últimos minutos solo tres abajo (64-67).

A partir de ahí, sin embargo, como el río que continúa llevando agua inevitablemente a una presa a punto de reventar, el Baskonia siguió castigando el aro local para ampliar poco a poco su ventaja en el marcador. Pese a los desesperados intentos catalanes por resistirse y detener lo imparable, la enorme diferencia de potencial que en estos momentos reflejan ambas plantillas terminó por quedar en evidencia. Cuando los jugadores de Diego Ocampo estaban con la lengua fuera y la mente nublada, Sito Alonso disponía de un auténtico arsenal entre el que elegir para colocar la sentencia al encuentro. Un triple de Blazic a falta de tres minutos y medio estableció la máxima diferencia en el luminoso (73-84) y convirtió el tiempo restante en un mero trámite hasta alcanzar el cuarto triunfo liguero. En un partido, eso sí, en el que el Baskonia volvió a incurrir de nuevo en errores ya habituales como la pérdida del rebote o la laxitud defensiva.

Tuvo una mayor ración de minutos como consecuencia de la baja de Bargnani y la aprovechó de manera notable para firmar 14 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 27 de valoración que le reportaron el ‘MVP’ de la jornada compartido con el barcelonista Tomic.