vitoria - El Baskonia rozó el cielo con la punta de los dedos la pasada semana en Berlín pero, ya de regreso en casa, debe cerrar por la vía rápida el capítulo de la Euroliga este curso y centrarse de inmediato en el gran objetivo de lo que le resta de temporada, que no es otro que la Liga ACB. Entre otras cosas, porque la competición no entiende de treguas ni descanso y le espera hoy mismo ya con un nuevo y exigente examen. Se trata, en concreto, del encuentro correspondiente a la 33ª jornada del torneo doméstico que fue aplazado en su momento por la clasificación azulgrana para la Final Four disputada en la capital alemana.
Una vez clausurada la cita más elitista del baloncesto continental con la dolorosa derrota de semifinales y la posterior secuela en forma de tropiezo también con el Lokomotiv en el duelo por el tercer puesto, toda la atención del equipo debe centrarse ya en la Liga, de la que aún le restan dos partidos de la fase regular por disputar. El primero de ellos llega esta noche ante un adversario de la máxima exigencia, nada menos que el Real Madrid.
Una cita que, además, llega envuelta en un aparente desequilibrio. Para empezar, porque el Laboral Kutxa comparecerá en el Palacio de los Deportes madrileño evidentemente mermado física y emocionalmente por el enorme esfuerzo que ha realizado durante la Final Four. Pero, sobre todo, porque sobre el parqué se van a encontrar dos escuadras con una situación bien diferente. Mientras que la vitoriana no se juega absolutamente nada clasificatoriamente hablando ya que tiene el cuarto puesto asignado suceda lo que suceda en los dos partidos que le restan por jugar y conoce ya también quién será su adversario en la eliminatoria de cuartos de final (el Herbalife Gran Canaria), el conjunto que adiestra Pablo Laso todavía puede aspirar al liderato a la conclusión de la fase regular. Por lo tanto, todo apunta a que afrontará la contienda con el cuchillo entre los dientes.
En cualquier caso, el Baskonia ya ha dado más que sobradas muestras de su competitividad a lo largo de todo el ejercicio, por lo que ni mucho menos acudirá relajado a Madrid. Más bien al contrario, tratatá de aprovechar la ocasión para cerrar definitivamente la decepción europea y trasladar toda esa rabia por quedarse fuera de la gran final al enfrentamiento con el conjunto merengue. Un choque que, teniendo en cuenta el elevado grado de dificultad que supone, le servirá para comenzar a calibrar su grado de preparación para afrontar el inminente inicio de los play off por el título dentro de apenas diez días.
Unas eliminatorias en las que necesitará la mejor versión de sus hombres, por lo que también tendrá que tratar de aprovechar estos días para recuperar físicamente a todos los jugadores que arrastran molestias.