Vitoria - Solo de verlo, asusta con esos trapecios y bíceps esculpidos a base de ingentes horas en el gimnasio. Cualquier equipo que se precie y oposite a ser campeón de la Euroliga necesita una bestia parda que imponga respeto bajo los aros. El Fenerbahce lo tiene en la fornida figura de Ekpedeme Friday Udoh, un hijo de inmigrantes nigerianos que se ha convertido en una de las sensaciones de la presente Euroliga. Su titánica exhibición ante el Real Madrid en la eliminatoria de cuartos de final, sosteniendo por sí solo el juego interior del conjunto turco y minimizando la ausencia de Jan Vesely, ha puesto en alerta a todo el mundo acerca del poderío y contundencia de este pívot que resultó elegido en el número 6 del draft de 2010 por los Warriors.
Nacido en Edmond (Oklahoma), de 208 centímetros y a punto de cumplir las 29 primaveras, es el muro que tratará de cerrar el camino hacia el aro a Bourousis apoyado en su imponente físico. Tras un periplo ciertamente decepcionante durante sus cinco temporadas en la NBA, en las que no encontró continuidad en Oklahoma, los Bucks ni los Clippers promediando 4 puntos y 3,2 rebotes en 274 partidos, el pasado verano decidió aceptar una suculenta oferta de uno de los ricos de la Euroliga para vivir su segunda experiencia en el baloncesto continental. En realidad, es la primera, ya que solo el lockout de la NBA vivido a finales de 2011 le empujó a vivir una efímera experiencia fuera de su país. Udoh recaló en el Bnei Hasharon israelí y sus números en su único encuentro fueron abrumadores (22 puntos, 16 rebotes y 4 tapones).
Apodado The Nightmare -La pesadilla en castellano- y El caballero de la triste figura, es el nieto de otro siete pies y el segundo de cuatro hermanos que coleccionó grandes reconocimientos durante su etapa universitaria. Sus padres nigerianos, un radiólogo y una enfermera, llegaron a USA en 1983 para escapar de la pobreza y en busca de un buen porvenir. Comprometido con las causas solidarias y participante en programas de ayuda comunitaria, Udoh se convirtió en el máximo taponador en el Instituto de Santa Fe. De ahí pasó a la Universidad de Michigan, donde permaneció dos cursos hasta ser transferido a la de Baylor.
Pese a que los médicos le dijeron durante la adolescencia que no tendría la altura suficiente para triunfar en el mundo de la canasta, Udoh terminó pegando un fuerte estirón hasta conseguir una envergadura de 2,27 metros. Tanto su corpulencia como su capacidad intimidatoria llamaron la atención de las franquicias estadounidenses y resultó escogido en una posición inmejorable del draft. Sin embargo, su etapa en la NBA ha resultado a la postre decepcionante. Un perfecto conocedor del mercado yankee como Maurizio Gherardini, encargado de confeccionar la plantilla del Fenerbahce, le tentó el pasado verano. Y los réditos no se han hecho esperar.
Udoh promedia en la Euroliga 12,4 puntos, 5 rebotes y 2,1 tapones, aunque la estadística no refleja con exactitud sus conocidos intangibles. De hecho, cambia infinidad de tiros cerca del aro y forma parte de ese reducido ramillete de interiores que vive en el segundo piso. Pese a no ser un virtuoso en ataque, también posee habilidad para fabricarse sus propias canastas. En definitiva, una fuerza de la naturaleza a la que Obradovic ha encomendado la labor de amargar la existencia a Bourousis, el faro sobre el que el Baskonia tiene depositadas sus expectativas para hacer historia a partir del viernes en el Mercedes-Benz Arena de Berlín.