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Hora de dosificar. Simplemente la presencia de Hanga le permitió disponer de más alterantivas a la hora de configurar los sucesivos quintetos. Volvió a tirar de dos bases y concedió un gran espacio a Corbacho, hambriento de gloria tras su ostracismo de este curso. Sin apreturas en el marcador y ante un rival dantesco, el croata aprovechó la coyuntura para dosificar a los hombres más castigados.
Diluvio universal. Sin pares que ‘puntearan’ sus tiros y aprovechando una alfombra roja exenta de los más mínimos obstáculos, el Baskonia acribilló a un moribundo a base de triples. Hasta 19 aciertos desde la larga distancia consiguió la tropa alavesa en su récord histórico dentro de la ACB. Mención especial para Corbacho, que anotó siete.
Vergonzoso colista. Es un atentado al prestigio de la competición que conjuntos como el Retabet tengan cabida en la competición. Ni siquiera opusieron algo de orgullo los jugadores de Fisac para evitar la escabechina de un Laboral Kutxa que rápidamente olió la sangre y se lanzó a su yugular con la voracidad que le caracteriza.
vitoria - Entre el insaciable carácter azulgrana y la raquítica respuesta donostiarra, el derbi quedó reducido a cenizas a las primeras de cambio. El martilleo incesante del Baskonia, traducido en una interminable cascada de triples -la friolera de trece en el intermedio y 19 al final en lo que supuso un récord histórico en la ACB- resquebrajó de cuajo la moral de un GBC resignado a su finísimo halo de vida en la ACB, donde protagoniza los últimos coletazos de una temporada infame que dará en breve con sus huesos en el purgatorio de la LEB. Por si su estado de ánimo no estaba ya lo suficientemente alicaído y por los suelos, recibió ayer en el Buesa Arena otra puñalada en una línea de flotación muy golpeada ante la infinidad de afrentas anteriores.
A nadie sorprendió que el Laboral Kutxa cosechara una de las victorias más apabullantes del ejercicio. A tenor de la trayectoria de unos y otros, el personal ya barruntaba de antemano que era una tarde predestinada para un empacho de los gordos y la consecución de cualquier récord. Pues bien, se cumplió el guión a rajatabla. Como cabía esperar antes del salto inicial, la escuadra alavesa convirtió la visita del colista en un trámite y se auto brindó uno de esos homenajes que alimentan la autoestima de cualquier grupo. Apenas cinco minutos resistió el GBC antes de que descargara sobre su maltrecha figura un diluvio universal sin precedentes. El donostiarra fue un juguete roto desde el inicio y rápidamente olió la sangre el cazador azulgrana.
Y es que cualquier cosa que no fuera un plácido festín ante un abúlico cadáver como el Retabet hubiese sido una sorpresa. Pese a la inminente cercanía de la Final Four de Berlín o las conocidas simpatías hacia el vecino guipuzcoano, no se dejó nada en el tintero ni economizó energías un Baskonia dispuesto a ir afinando su puntería antes de afrontar el asalto al cetro continental. Si se trataba de testar la precisión de los inmisericordes pistoleros de Perasovic, la prueba no pudo resultar más contundente con la salvedad de la lastimosa caricatura que emergió enfrente.
corbacho, desatado Se lanzó el Laboral Kutxa hacia la yugular de su rival a base de continuos misiles desde la larga distancia. Muy pronto entraron en erupción los francotiradores de Perasovic, ensañados con uno de los visitantes más fantasmagóricos que han pisado el Buesa Arena en años. Convertido en carne de LEB desde hace muchas jornadas, el Gipuzkoa Basket fue tiroteado sin piedad desde todos los costados. En primera instancia sufrió la voracidad de Bertans, pero sus pesadillas se vieron acentuadas más tarde cuando hizo acto de presencia un tipo con ganas de reivindicar su muñeca caliente como Corbacho o también quiso sus minutos de gloria el siempre caníbal James. El balear, con la grada rendida a sus pies pese a haber sido hasta ahora una figura decorativa, estuvo a punto de firmar un pleno histórico.
Fue la tarde soñada para que Perasovic repartiera minutos y dosificase a los primeros espada. El Retabet, que atenta hoy en día contra la credibilidad de una ACB poblada de equipos mediocres, dio pie a ello con una resistencia infame. Sin ningún clase de amenaza que punteara sus tiros abiertos, tuvo barra libre el Baskonia para hacer lo que quiso en un duelo de guante blanco. Ni siquiera apeló al orgullo el forastero mientras el speaker se permitía el lujo de ir enumerando los triples locales.
Entre las notas más positivas, también hubo que ubicar a Hanga. El húngaro evidenció que el golpe en el costado sufrido en el Palau ya es historia. Quien no actuó ni un segundo pese a estar vestido de corto fue Blazic, cuya reaparición se antoja ya inminente. A falta de Shengelia y Causeur, Perasovic alberga motivos para respirar más tranquilo. En definitiva, un paseo militar que consolida las opciones azulgranas de sellar la cuarta posición de la fase regular. Se trata de un objetivo que puede quedar satisfecho esta misma semana en caso de hincar el diente a dos asequibles adversarios como el Joventut y el Andorra.
Pese a gozar de francas posiciones, hay que ser un tirador letal para hacer un pleno en sus siete primeros lanzamientos. Descargó toda su ira con un asombroso ejercicio de precisión.