vitoria - Tras Moscú ‘05, Praga ‘06, Atenas ‘07 y Madrid’ 08, llega una nueva intentona en Berlín en 2016. Después de una larga travesía por el desierto que le estaba llevando a perder algo de capacidad competitiva fuera de las fronteras, el Baskonia retorna ocho años después por la puerta grande a la gran fiesta del baloncesto europeo. Y lo hace en la temporada donde nadie creía ni por asomo en la utópica posibilidad de que pudiera volver a optar al máximo galardón continental. Habida cuenta de las reducidas expectativas existentes alrededor del proyecto en manos de Perasovic, los más optimistas se conformaban simplemente con acceder al Top 16.

Pues bien, el Baskonia acaba de poner de manifiesto este curso que el dinero no siempre consigue hacer un gran equipo. Ha bastado un técnico cabal y unos jugadores aplicados a la hora de interpretar su mensaje para cuestionar la jerarquía de un puñado de rivales opulentos cuya entereza como colectivo ha dejado bastante que desear. Capitaneado por el mariscal Bourousis pero siendo básicamente un conjunto con mayúsculas y sin fisuras donde todos han aportado su granito de arena, lo rubricado ayer por los alaveses constituye una de las gestas más gloriosas del club a lo largo de su historia.

En tierras teutonas y entre los días 13 y 15 de mayo, el Laboral Kutxa intentará conducir a las vitrinas del Buesa Arena el preciado galardón que se le ha resistido en tantas ocasiones. En primera instancia se interpuso en su camino el todopoderoso Kinder Bolonia en la primera final de la Euroliga recién auspiciada por Jordi Bertomeu en el año 2000 y en el dorado cuatrienio comprendido entre 2005 y 2008 también chocó contra grandes transatlánticos que le privaron de inscribir su nombre por primera vez entre los campeones europeos. En todas esas ocasiones rozó la gloria con plantillas de ensueño y de más fuste que la actual, pero finalmente se quedó con la miel en los labios ante los interminables recursos de adinerados conjuntos como el Maccabi, el Panathinaikos o el CSKA. Dentro de unas semanas se le presenta una nueva oportunidad de saldar una deuda histórica, aunque obviamente la dificultad será otra vez máxima.

memorable ‘top 16’ De momento, solo cabe quitarse el sombrero ante la rebelión protagonizada esta campaña por el Baskonia. Desde que se desataran las hostilidades allá por el mes de octubre del año pasado, su trayectoria ha resultado asombrosa. Acabó en tercer lugar una exigente primera fase gracias a su extremada solidez en el Buesa Arena, donde ganó sus cinco partidos ante Olympiacos, Anadolu Efes, Emporio Armani, Cedevita y Limoges.

Sin embargo, lo mejor estaba por venir. Encuadrado en el Top 16 más duro de la historia de la Euroliga junto a cinco candidatos para la pelea por un puesto en la Final a Cuatro, el equipo azulgrana edificó numerosos imposibles. No solo dejó en la cuneta a clubes con un presupuesto astronómico, sino que incluso certificó un segundo puesto que le permitió asegurarse la ventaja de campo en el cruce previo a la reunión más elitista del Viejo Continente. Con victorias conmovedoras ante Real Madrid y Barcelona, en ambos casos por partida doble, u otras de indudable prestigio ante el CSKA o el Khimki, los de Perasovic llegaron incluso a la última jornada en condiciones de acabar líderes. El Panathinaikos, tercer clasificado de un lote mucho menos envenenado en el Top 16, no ha constituido a la postre un adversario demasiado exigente en el cruce de cuartos de final.

2000. En el año que vio la luz la actual Euroliga, el Baskonia se plantó en la gran final ante el Kinder de Ginobili, Rigaudeau, Griffith, Smodis y compañía. Los alaveses cayeron con honores por un global de 3-2.

2005. Tras hacer la machada en ‘semis’ eliminando en Moscú al CSKA, el Maccabi de Jasikevicius, Parker o Baston se interpuso en el camino (90-78) hacia el título.

2006. El conjunto hebreo volvió a ser el verdugo en semifinales (85-70) en la edición celebrada en Praga. Los vitorianos se consolarían con el tercer puesto ante el Barcelona (87-82).

2007. Esta vez fue el Panathinaikos quien apartó en Atenas al Baskonia de la gran final (67-53) en un partido soporífero. Ni siquiera encontró el equipo de Maljkovic el premio de la consolación ante el Unicaja (74-76).

2008. El conjunto alavés cayó (79-83) en semifinales ante el CSKA y no pudo hacerse en Madrid con el tercer puesto tras sucumbir frente al Siena (93-97).