vitoria - No está siendo desde luego una temporada fácil para Alberto Corbacho, quien ni en sus mejores sueños podría haber imaginado un protagonismo tan residual en su primera experiencia en un club de altos vuelos como el Baskonia. Ya sea por su debilidad defensiva, su discreto físico para competir en un torneo tan exigente como la Euroliga o por alguna otra razón que únicamente Perasovic conoce, uno de los fichajes más prematuros acometidos el pasado verano por la entidad vitoriana está pasando completamente desapercibido.
Tras aterrizar en Vitoria avalado por sus grandes actuaciones en el Obradoiro, donde se destapó como un triplista compulsivo y una velada amenaza para las defensas rivales gracias a su pasmosa facilidad para anotar desde más allá del 6,75, el técnico croata le ha relegado al último lugar de la rotación exterior y nunca entra en sus planes en los encuentros de alto voltaje físico.
Ni siquiera ahora que Causeur está fuera de combate ha cambiado en algo su suerte. Por todo ello, estaba claro que Corbacho necesitaba un punto de inflexión para tratar de revertir su situación y adquirir algo de confianza. Pues bien, éste pudo producirse ayer ante el CAI en lo que constituyó una matinal propicia para la reivindicación colectiva. El balear enseñó por fin las uñas ante la algarabía de una grada que aguardaba como agua de mayo su aparición como un killer voraz que diversifique el peligro de la ofensiva vitoriana.
La endeble defensa 2-3 planteada durante muchos minutos por Andreu Casadevall resultó propicia para que disfrutara de francas posiciones de tiro y embocara cinco canastas de ocho intentos. Uno de ellos se vio precedido incluso por falta de un jugador visitante, si bien a renglón seguido desperdició el tiro libre. También anotó una canasta doble, por lo que el mallorquín se fue hasta los 17 puntos sellando su tope anotador y triplista del actual ejercicio. Tres de sus bombas llegarían prácticamente de forma consecutiva en el tercer cuarto y sirvieron para que el Laboral Kutxa alcanzara los 25 puntos de ventaja (70-45). En el lado negativo de la balanza, cabe destacar que Corbacho también sufrió en su emparejamiento defensivo con Benzing, especialmente cuando el espigado alemán le posteó cerca del aro.
Hasta ahora, su día más entonado databa de la salida a Limoges en la primera fase de la Euroliga. Aquella noche acaecida el 29 de octubre del año pasado, anotaría 14 puntos -con cuatro triples- en la otra actuación más destacada que se le recuerda con la elástica azulgrana. La duda estriba en si este atracón ante el aro maño hará que cambie su difícil situación a las órdenes de Perasovic, que ha demostrado hasta ahora una escasa confianza en sus posibilidades. Con un perímetro cogido con alfileres por los problemas de espalda de Causeur, cualquier ayuda será fundamental para superar el escollo del Panathinaikos y alcanzar la ansiada Final a Cuatro de Berlín.
Tope triplista y anotador. Su mejor actuación databa del partido ante el Limoges en Francia, donde consiguió 14 puntos con cuatro triples. Con 17 tantos y cinco aciertos de ocho desde la línea del 6,75, el balear firmó ayer su actuación más completa.
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El mallorquín está muy lejos todavía de los 98 que consiguió el pasado curso con el Obradoiro.
El rival azulgrana en los cuartos de final de la Euroliga superó el sábado sin problemas (75-84) en su torneo doméstico al Kifisia en un partido donde Raduljica marcó territorio bajo los aros con 19 puntos y Djordjevic hizo descansar a Diamantidis.