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Innovar o morir. Es imposible hacer más con menos. Otra magnífica dirección del técnico croata, que apostó en muchos momentos por dos bases para elevar la mordiente ofensiva y se jugó la baza de cuatro ‘pequeños’ en varias fases ante los problemas de faltas de Bertans y Tillie. El auténtico responsable de que el Baskonia esté donde esté hoy en día.

vitoria - Brutal, inenarrable, salvaje y colosal. Para guardarlo con letras de oro en la videoteca de las victorias más apoteósicas selladas por el Baskonia en su historia. La fe es el mejor patrimonio de un equipo vitoriano sin techo alguno en esta Euroliga. Restaban poco más de cuatro segundos para la conclusión y todo hacía indicar que el adiós al liderato era una realidad tras la lluvia de triples merengues del último cuarto. Al Chacho le tembló la muñeca y sólo anotó uno de sus dos tiros libres (86-88). Había un resquicio para la esperanza. Sacó Hanga de fondo y el balón fue a parar a Bertans, que fintó hacia su izquierda y tras un escorzo en el aire embocó desde ocho metros un misil salvador que desató una explosión de alegría en el Buesa Arena. Enloquecieron los casi 14.000 fieles presentes en las gradas y no era para menos. Después de que el CSKA cumpliera el guión ante el Zalgiris, la mano salvadora del letón mantiene todavía al Laboral Kutxa en la pelea por el liderato del grupo F. Ver para creer.

Este Laboral Kutxa es un superviviente y tiene un ángel para obrar milagros cuando parece sepultado. Mentalmente es una roca y ni el peso pesado con la pegada más descomunal es capaz de enviarle a la lona. Tras ser salvajemente tiroteado a triples -varios de ellos con mucha fortuna a cargo de Llull- en el cuarto final y verse contra las cuerdas, pudo haber sido conformista y contentarse con una derrota dulce con el fin de asegurar matemáticamente la segunda plaza. Sin embargo, quiso certificar el objetivo a lo grande gracias a otra de esas victorias que producen orgullo y alimentan el sueño de hacer algo grande en la presente edición continental. Todos los honores recayeron en el epílogo en Bertans, pero antes desbrozaron el camino otros héroes anónimos como James -autor de un tercer cuarto salvaje con 18 puntos- y Bourousis, amo y señor de los tableros con una superioridad aplastantes sobre las torres de Pablo Laso.

Fue una montaña rusa de emociones y un encuentro de los que hacen afición. Difícilmente ha podido degustarse esta temporada un salvaje cuerpo a cuerpo como el protagonizado por vitorianos y madrileños, enzarzados en una pelea sin cuartel. El Baskonia comenzó apocado, pero se entonó con el paso de los minutos gracias a la superlativa figura del eléctrico base estadounidense, completamente on fire en un tercer cuarto irresistible donde conectó cinco triples y vio el aro como una piscina. Su aparición amedrentó a un Real Madrid dominador hasta ese instante, pero que terminó dando muestras de fragilidad y se vio intimidado por un Buesa en llamas. Nocioni, el hombre que podía haberle suministrado algo de carácter, quedó fuera de combate tras el descanso por culpa de un esguince de tobillo y el veneno de su cuerda exterior resultó, a la postre, insuficiente para profanar el templo vitoriano.

Algo acomodado y huérfano de la tensión acreditada en sus noches más conmovedoras tras amarrar un día antes la clasificación para el Top 8, el Baskonia protagonizó un gélido y desacertado inicio que le condenó a navegar contracorriente. Demasiado fácil lo tuvo un Real Madrid que ofreció una de sus versiones más sólidas de la temporada. Sólo a base de triples se agarraron a duras penas los vitorianos a una velada teñida en los albores de color blanco. La baja de Causeur obligó a Perasovic a innovar con Bertans en el puesto de tres o, ya con el marcador cuesta arriba, la apuesta por dos bases en busca del vértigo imprescindible que dejara atrás la espesura inicial.

Tras vivir momentos críticos (11-26) y en medio de la sensación generalizada de que el Madrid ganaría prácticamente sin bajarse del autobús, el Laboral Kutxa resurgió con la eficacia que le caracteriza. Encontró el ritmo adecuado en ataque ante un visitante tibio. La cuarta falta de Ayón al inicio del tercer cuarto y la pegada demoledora de James hicieron posible el sueño de la remontada. El cara y cruz final dejó un héroe para el recuerdo: Bertans. El letal báltico se levantó majestuoso y encendió a una grada más orgullosa que nunca de unos héroes con la ambición por bandera.

El puñal letón. Después de que el ‘Chacho’ desperdiciara un tiro libre y diera vida al Baskonia, Bertans desató la locura en el Buesa Arena. Tras recibir el balón de Hanga, el letón fintó a su izquierda y ejecutó al Real Madrid.

El puñal de James. El Laboral Kutxa también debe agradecer el triunfo al base estadounidense, un cuchillo en un tercer cuarto antológico donde metió a los locales en la pelea gracias a 18 puntos. Su concierto ofensivo resultó irresistible.

Gélido inicio. Fue un duelo memorable y con continuas alternativas. Tras verse contra las cuerdas en los albores, el conjunto alavés reaccionó con la solvencia que le caracteriza y sobrevivió a los triples blancos del último cuarto.

Su tercer cuarto de ensueño quedará para el recuerdo como una de las exhibiciones ofensivas más apabullantes que se recuerdan. Irresistible aparición que amedrentó al Real Madrid.