vitoria - En una semana marcada por el aniversario festivo que se festejará el próximo domingo, el Baskonia dispone esta noche de la oportunidad de dar un paso de gigante para continuar haciendo historia en las competiciones continentales. Si hace veinte años conquistó frente al Paok su primer y hasta el momento único título continental, la visita a otro combinado griego puede convertirse el aperitivo perfecto del merecido recuerdo a los protagonistas de aquel momento inolvidable. Y es que si el Laboral Kutxa consigue derrotar al Olympiacos podrá decir ya que ha logrado de manera virtual el billete para los cruces de cuartos de final de la Euroliga. Un premio con el que pocos se atrevían a soñar en verano pero que sería la justa recompensa al notable trabajo del equipo durante todo el curso.
Claro que la empresa no resultará ni mucho menos sencilla. Tanto por la entidad del adversario como por los condicionantes con los que afronta la cita la escuadra de Velimir Perasovic. Para empezar, el conjunto heleno es sinónimo de fortaleza mental y física y obliga a cualquier rival que aspire a vencerle a emplearse al doscientos por cien de sus posibilidades si desea tener alguna opción de conseguirlo. No es ni mucho menos fruto de la casualidad que haya sido finalista en tres de las cuatro últimas ediciones de la Euroliga y con el incomparable Spanoulis al mando de las operaciones es capaz de cualquier cosa. Bien es verdad, por otro lado, que últimamente no está atravesando por su mejor momento y que se encuentra en un momento complicado en este Top 16, ocupando la penúltima posición del grupo. Una ubicación que le obliga a no poder permitirse un nuevo tropiezo ante hoy ante el Baskonia si quiere evitar quedar casi definitivamente descolgado de la pelea por acceder a la siguiente fase.
De este modo, el Laboral Kutxa se encuentra ante la oportunidad de asestarle la puntilla a un contrincante peligrosísimo y, al mismo tiempo, acariciar con la yema de los dedos el pasaporte para los cuartos de final. Ahora bien, las dificultades hasta llegar a ese destino serán máximas. Porque las condiciones en las que afronta el plantel azulgrana el compromiso distan bastante de ser las ideales.
Ante un oponente con un fondo de armario casi interminable, el Baskonia presentará una plantilla sensiblemente mermada por los problemas físicos. De entrada, no podrá contar seguro con Shengelia, que continúa inmerso en el largo postoperatorio de su intervención de rodilla. Y, por si esto fuera poco, el estado físico de la gran referencia azulgrana es toda una incógnita. Bourousis se perdió el duelo ante el Estudiantes por una microrrotura de fibras y, pese a que ha viajado con el resto del grupo, no se sabe si podrá saltar al parqué siquiera. Así pues, el Laboral Kutxa afronta un más difícil todavía con un gran premio detrás.