vitoria - Faltaron Perasovic y su cuerpo técnico. El resto del Baskonia, es decir, los jugadores, comenzaron a desfilar al filo de las 13.00 horas por los pasillos del Buesa Arena en dirección a la cancha, donde el rival ayer, esta vez, era bien distinto. En el tradicional Media day que el club organiza para exponer a sus jugadores a la opinión pública antes de un gran cita -en este caso la Copa del Rey-, la tranquilidad de la inmesa mayoría de los guerreros de Peras fue una de las notas más llamativas de los 40 minutos que duró la jornada, y eso que gran parte del plantel es novato en estas lides coperas. Porque salvo el pater Bourousis, Causeur y Adam Hanga, el resto de compañeros, es decir, nueve jugadores, disputarán mañana por primera vez el torneo del KO, un aspecto que llama poderosamente la atención pero ni mucho menos resulta decisivo en el desenlace final de los partidos, como está quedando demostrado en la competición doméstica o en la exigente Euroliga, donde este mismo plantel ha sido capaz de soportar la presión, y con gran éxito además, de tener que medirse a colosos como el CSKA, el Real Madrid, el Barça o el Valencia Basket, al que en la última jornada de liga, por cierto, le infligió su primer correctivo de la temporada. Pues bien, esas mismas sensaciones y miradas que mezclan la ingenuidad de la juventud, su descarado atrevimiento y sus ganas de comerse el mundo se palparon ayer en las horas previas a la partida del equipo a tierras gallegas. No hubo euforia por el cartel de favoritos con el que este año carga Baskonia y sí las mismas dosis de humildad, trabajo y apuesta por el colectivo que están haciendo de estos jugadores un bloque granítico. Solo así, con esta receta en la mochila, la banda del coloso Bou podrá llegar hasta donde quiera. “Ojalá que hasta la final, pero vamos a ir paso a paso”, advirtió Alberto Corbacho, también ayer uno de los jugadores más solicitados por su pasado como jugador, y referente, en el Obradoiro.