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Repaso a Laso. Logró desquiciar a Pablo Laso con otra inteligente lectura de partido destinada a abrir el campo en los minutos iniciales, lo que favoreció los triples de Causeur y Bertans. Se la jugó con Bourousis en los minutos finales pese a la pujanza de Ilimane y recurrió a Adams en el momento oportuno para que el estadounidense diera el golpe de gracia al Real Madrid.

madrid - De exhibición en exhibición. Nadie baja de la nube a este arrebatador Baskonia, convertido en una máquina de triturar gigantes. Hincó la rodilla el CSKA sufriendo el miedo escénico del Buesa Arena, se rindió también el Barcelona a la solidez azulgrana en el Palau y ayer le tocó el turno al Real Madrid, inferior de principio a fin frente a un grupo indestructible que cree en una idea de juego, resiste cualquier embestida de las estrellas más rutilantes del concierto europeo y sabe explotar como nadie sus virtudes. Fue el vitoriano otra vez un conjunto indomable que supo destruir las innumerables armas ofensivas del vigente campeón, desbordado una y otra vez por el espíritu destructor, el ritmo altísimo y el juego coral de un Laboral Kutxa que encontró a varios héroes anónimos para asaltar el Barclaycard Center.

Sin haberse alcanzado el ecuador del Top 16, el combinado azulgrana se siente lo suficientemente poderoso y seguro para soñar firmemente con la etiqueta de cuartofinalista continental. En un lote repleto de ogros ante los que parecía una misión imposible llegar vivo a las últimas jornadas, el Baskonia está rompiendo moldes. No solo está ya a la misma altura que los gigantes rusos, sino que mira incluso por encima del hombre a los dos grandes de la ACB y al Olympiacos. Ver para creer, aunque no hay nada de accidental ni de afortunado en la trayectoria del mejor equipo alavés en años. Tras varias campañas repletas de sinsabores, el pétreo Laboral Kutxa engendrado por Perasovic se permitió el lujo de bailar y abrir numerosas vías en agua en la defensa de un Real Madrid impotente y frágil a más no poder.

Poco importó que el Bourousis de las grandes solemnidades apareciera solo con cuentagotas para rebotear. Sometido por la pujanza de Hernangómez, una estrella en ciernes, el griego no fue esta vez en ataque el providencial bombero de las noches más célebres. Surgieron, en cambio, otros actores secundarios: Ilimane desbrozó el camino con una conmovedora capacidad intimidatoria, la verticalidad de Blazic reportó notables dividendos, Hanga y Tillie realizaron un oscuro trabajo de brega, Adams fue el factor sorpresa en el epílogo para sepultar a los blancos a golpe de talento, el colmillo afilado de Bertans y Causeur sostuvo el castillo de naipes en la primera parte... Nada desentonó en una velada mágica que confirmó al Baskonia como un firme aspirante al Top 8. Difícilmente se le escapará el premio gordo de la clasificación a poco que salvaguarde su integridad como local en el Buesa Arena. Con cuatro victorias en su casillero, el cielo se le ha abierto definitivamente al plantel azulgrana, ubicado en una situación envidiable y con dos partidos propicios a la vuelta de la esquina en el Buesa Arena -Bamberg y Zalgiris- para dispararse hacia la cúspide del grupo F.

la escopeta de causeur y bertans Allá donde va, el Baskonia da la cara, mete miedo y asusta por su envidiable gen competitivo. Aguardaba en el Barclaycard Center un renacido Real Madrid, pero ello no fue óbice para que el vigente campeón continental viera fantasmas desde el salto inicial. Otro soñado inicio de partido colocó a los vitorianos en órbita. Decidió Perasovic abrir el campo ante la ausencia de Shengelia y no se hizo esperar el aluvión de triples para hacer mella en el entramado de Laso, sin recursos y a merced de la arriesgada apuesta visitante de fiar casi toda su suerte al acierto triple. El técnico vitoriano se propuso minimizar el álgido caudal interior de Bourousis a costa de permitir ciertas licencias a los exteriores del Laboral Kutxa, muy liberados a la hora de armar el brazo.

Causeur, autor de 10 de los 13 primeros puntos azulgranas, descorchó la botella antes de que Bertans, cuya muñeca sigue engrasada pese a su interminable periodo en el dique seco, le tomara el relevo de forma magistral. La aparición del letón resultó impactante en forma de tres triples consecutivos propios del pistolero más espiadado. La solvencia alavesa se tradujo en un concluyente marcador mediado el tercer cuarto (41-56). Laso, frustrado y sin varitas mágicas para revertir la situación, se ganó una técnica que envalentonó a sus pupilos. Nocioni coronó una reaccionó peligrosa de los merengues (63-64), pero el Baskonia supo reconducir nuevamente el rumbo para dejar un día más atónitos a los suyos. Para frotarse los ojos.

Silencioso pero a un nivel brutal en los dos aros. Se vació a la hora de secar a Carroll y su verticalidad en ataque resultó vital en plena remontada del Real Madrid. Un fichaje acertadísimo.

Triples y defensa. El Baskonia desquició desde el salto inicial a los merengues gracias a su sobrio trabajo de contención y su acierto exterior, encarnado en Causeur -autor de 10 de los 13 primeros puntos del equipo- y Bertans, cuya muñeca entró en erupción hasta el descanso.

Héroes anónimos. La intimidación de Ilimane Diop, la verticalidad de un Blazic espectacular en los dos aros -su defensa a Carroll volvió a ser de libro-, el físico imponente de un Hanga colosal en el rebote, el trabajo sordo de Tillie... Y, para poner la guinda al pastel, el instinto asesino de Adams para sepultar al Madrid. Aunque no fue el mejor día de Bourousis, el Laboral Kutxa tomó con grandeza el Barclaycard Center.

El Real Madrid, sin argumentos. Pese a todos los recursos en manos de Laso, los blancos se mostraron impotentes y únicamente mostraron orgullo con 15 puntos abajo (41-56).