murcia - Y el magullado cuerpo azulgrana dijo basta. Siete victorias y la friolera de un mes y medio después, el invencible Baskonia a nivel doméstico volvió a hincar la rodilla y destapar su condición de terrenal. Eso sí, más por deméritos propios que por las virtudes de un Murcia igual de errático e inconsistente que él en una matinal infame a nivel baloncestístico. Exhausto y huérfano de esa célebre chispa que le ha permitido rebasar su propios límites durante esta temporada, el cuadro vitoriano acusó la dura resaca de la heroica gesta continental en el Palau. Perasovic no dirige máquinas y el descomunal desgaste físico y emocional vivido hace 48 horas para tumbar al Barcelona terminó haciendo mella. Carente de frescura en las piernas y más pesado que de costumbre a la hora de desplegar sus armas, no aparecieron esta vez las gotas de calidad necesarias para domar a un Murcia antipático y convertido en una china en el zapato.

Y es que compareció ayer en tierras levantinas un Laboral Kutxa desconocido que no se pareció en nada al grupo enérgico, entusiasta y eléctrico de sus jornadas más gloriosas. Pese a ello, nunca debió dejar escapar una victoria fundamental que le hubiese reafirmado en la tercera posición. Se le atragantó por tercer año consecutivo una pista maldita para sus intereses en la que recibió de su propia medicina. En el caos y desconcierto de una matinal aciaga desde el punto de vista estético, reinó finalmente el menos malo. Y ese no fue otro que el Murcia después de que el colegiado malagueño Daniel Hierrezuelo invalidase con la ayuda de la tecnología una postrera canasta de Shengelia que pudo haber dado paso a la enésima prórroga de la temporada.

Con 68-85 en contra y el partido convertido en una demencial espiral de errores por parte de unos y otros, no quedaba otra escapatoria que Tillie anotara el primer tiro libre -los diez errores desde la línea del 4,60 pesaron, a la postre, como una losa- y tirara a fallar el segundo en busca del milagro. El rebote cayó en las manos del ala-pívot georgiano, que tras recibir un aluvión de palos y encimado por varios rivales fue capaz de fabricar una canasta de ciencia ficción que enmudeció el Palacio de los Deportes murciano. El suspense se apoderó de todos los presentes mientras los colegiados se dirigieron a la mesa de anotadores para comprobar su legalidad.

ceguera anotadora El Instant Replay dictaminó claramente que la acción protagonizada por Toko se había producido fuera de tiempo y la frustración golpeó de lleno a un viajero cariacontecido. Perasovic descargó su ira sobre el trío arbitral, pero ya nada valió la pena. Abandonó cabizbajo el recinto pimentonero un Baskonia carente de la pócima adecuada para triunfar en un final surrealista. Y eso que el anfitrión comandado por Katsikaris, bien plantado y disciplinado tácticamente pero con Campazzo como solitario foco de imaginación, se empeñó en rivalizar con él a la hora de incurrir en errores a cada cual más infantil.

Vivieron ambos contendientes seis minutos de ceguera anotadora en un último cuarto asemejado a una oda al despropósito. El aro se volvió diminuto y cada canasta valió su peso en oro en un escenario casi bélico por las pegajosas marcas defensivas y las continuas interrupciones. Demasiado cloroformo para un Baskonia que se siente más cómodo en la agitación y esta vez no tuvo en Bourousis a su particular bombero. Hasta tres defensores distintos (Faverani, Lishchuk y Arteaga ) le encomendó su compatriota al frente del Murcia en una efectiva tarea de acoso y derribo que terminó por minarle y reducirle el oxígeno bajo los aros. Un triple del poste griego, para más inri autor de la única canasta en juego de los vitorianos en el último cuarto, propició una ventaja esperanzadora (56-63).

Sin embargo, el Laboral Kutxa no supo gestionar ese preciado tesoro y se autoinmoló de forma absurda. La venenosa aparición de Antelo, el héroe local con cinco puntos consecutivos que culminaron un parcial desfavorable de 10-0, envió al maratoniano azulgrana a la lona. Un triple errado por Adams y otro forzado uno contra uno de Bourousis propiciaron un desenlace amargo. Solo queda pasar página y recuperar el aliento para la trascendental velada continental del Barclaycard Center. Una nueva victoria a domicilio ante el Real Madrid abrirá de par en las puertas al cielo del Top 8.