Cuando ni siquiera han transcurrido dos meses de competición oficial, Velimir Perasovic ya ha fijado con claridad los roles y realizado el proceso de selección al que todo entrenador se encuentra obligado a medida que avanza la temporada. La consecución de los automatismos constituye una parte fundamental del éxito en cualquier grupo que se precie. Aunque simultanear dos competiciones tan exigentes como la ACB y la Euroliga, con partidos en un corto intervalo de 48 ó 72 horas, siempre obliga a obtener lo mejor de sí de todos los integrantes de un plantel, siempre acaba abriéndose una brecha entre los titulares y los suplentes. Es algo que se pone de manifiesto especialmente en las jornadas de alto voltaje con un enfrentamiento a cara de perro ante un peso pesado. Ahí siempre es recomendable que la química entre el núcleo duro acostumbrado a disputar los instantes calientes acuda al rescate del equipo.

Perasovic, como no podía ser de otra manera, no ha sido reacio en el Baskonia a implantar la filosofía que determina con claridad la identidad de los hombres de su más absoluta confianza. Tras trece partidos oficiales, ya no hay excesivas dudas a tenor de cómo se reparte el minutaje entre los doce jugadores de que dispone en la actualidad tras la recuperación de Shengelia y el adiós de Kangur. Nadie obvia que se ha abierto una brecha significativa entre las piezas destinadas a sacar las castañas del fuego y las que verán los toros desde la barrera cuando se cuezan las habas. Entre los primeros figuran Adams, Causeur, Hanga, Tillie y Bourousis, el quinteto con el que casi siempre suele acabar el metódico preparador croata un encuentro al filo de la navaja. En cambio, los obligados a reivindicarse en busca de esos preciados minutos son James, Blazic, Corbacho, un Shengelia todavía falto de ritmo, Planinic e Ilimane Diop.

Tal y como quedó patente recientemente ante el Barcelona, la rotación azulgrana acostumbra a menguar sobremanera en los duelos de máxima complejidad. Mientras los integrantes de la espina dorsal dispusieron el domingo de más de 30 minutos cada uno, entre los suplentes ninguno superó los 17 minutos. El desigual rendimiento de unos y otros se refleja en un dato demoledor: Adams, Causeur, Hanga, Tillie y Bourousis consiguen el 69% de los puntos del Baskonia en la ACB y el 61% en la Euroliga.

jerarquía definida Los roles ya se han fijado en las tres demarcaciones de la cancha. En la dirección, Adams se ha asentado como la prolongación de Perasovic en la pista con un grado de solidez muy superior al de James, al que el balcánico ya lanzó recientemente un dardo envenenado e instó a mejorar. Dentro de un estilo muy similar de juego, ambos han intercambiado sus papeles con respecto al pasado ejercicio. El timonel de Illinois, llegado del modesto Nancy, se ha reivindicado con grandeza. No sólo le avalan sus grandes números o su paso al frente en el número de asistencias, sino también su mayor estabilidad y consistencia al frente del timón. Y todo ello sin obviar que, en ocasiones, no consigue huir de esa querencia al individualismo y la toma de lanzamientos precipitados.

En los dos puestos exteriores, Causeur y Hanga también copan la mayor parte de los minutos. El capitán, inmerso en su último año de contrato, vive su momento más dulce desde que llegó a Vitoria. Además de ser un notable defensor, el francés ha diversificado su amenaza ofensiva y se ha convertido en un escolta completísimo capaz de suministrar las imprescindibles dosis de cordura que, a menudo, se echan de menos en Adams y James. El húngaro, sin rastro de los problemas de rodilla que le han martirizado en años anteriores, es un garantía a la hora de elevar la temperatura atlética. Salta, tapona y atosiga las líneas de pase en espera todavía de alcanzar una mayor regularidad en su asignatura pendiente del tiro exterior.

Por debajo de ambos aparecen Blazic y, sobre todo, Corbacho, inmerso en un duro proceso de aclimatación a un club de mayores vuelos que el Obradoiro. El balear, un consumado especialista del triple con serias limitaciones defensivas, apenas ha podido lucir su muñeca en momentos muy puntuales. Pese a que su figura está algo difuminada en los últimos encuentros, el rocoso esloveno sí ha evidenciado tener una mayor confianza por parte del timonel baskonista. Su etiqueta de perfecto secante de los bases rivales es muy apreciada por Perasovic, sabedor de que la fortaleza en labores de contención no debe abandonar al Laboral Kutxa en ningún momento del presente curso.

Por último, casi todos los minutos interiores se reparten entre Tillie y Bourousis, el auténtico guía espiritual azulgrana cuyo aterrizaje en el último momento ha resultado una bendición en todos los sentidos. Si ambos se han ganado a pulso la vitola de imprescindibles ha sido por méritos propios y también por la nula competencia en sus respectivos puestos. La lesión de Shengelia ha mantenido en un primer plano al francés, donde el temporero Kangur le ha hecho poca sombra, mientras que el estelar griego y un destemplado Planinic son como el día y la noche en cualquier aspecto del juego. El balcánico, titular siempre al comienzo del primer y tercer cuarto, constituye hasta ahora la mayor decepción del óptimo arranque de temporada protagonizado por los vitorianos.

ACB. Causeur es el baskonista más alineado por Perasovic con 29 minutos de media, seguido por Tillie (27), Adams (26), Bourousis (25) y Hanga (22). Planinic y Corbacho, con 12 minutos cada uno, representan la otra cara de la moneda. Pese a que el poste balcánico siempre sale como titular al inicio del encuentro y en el tercer cuarto, es el jugador que -exceptuando a Mamadou Diop- menor minutaje le concede el preparador croata.

Euroliga. El escolta francés acumula un mayor desgaste si cabe en el torneo continental con más de 31 minutos sobre la pista, seguido por Bourousis (26), Hanga (25), Tillie (23), Adams (22), James (21), Blazic (18), Corbacho (11), Planinic (10) e Ilimane Diop (8). Shengelia todavía no ha debutado en la competición debido a su lesión de rodilla.