Vitoria - Muchos podían dar por sentado que las relaciones entre Josean Querejeta y Velimir Perasovic no eran las más cordiales tras la marcha del croata en 2007 del banquillo azulgrana. Pues bien, todo lo contrario según lo explicado ayer por este último en su presentación como nuevo técnico del Buesa Arena. La creciente pérdida de confianza y las dudas respecto a su labor en su primera etapa en Vitoria no han sido óbices a la hora de que el presidente haya pensado en más de una ocasión otra vez en Peras para ocupar el banquillo. Su perfil de sargento de hierro, su exigencia máxima y el hecho de que lleve al límite a los jugadores en los entrenamientos y los partidos, algo de lo que también hacía gala Dusko Ivanovic en los años dorados del Baskonia, son virtudes innegociables para el dirigente de Lazkao en su elección de los entrenadores. “Los años anteriores ya estuvimos en conversaciones para volver, pero nunca se pudo producir porque en mi caso renové pronto con el Valencia. Incluso después de mi etapa en la Cibona, tuve una llamada de Josean. Pero ha sido en el momento en que los dos hemos estado libres, ellos sin técnico y yo sin equipo, cuando todo ha sido posible. Quería volver porque me quedé con la sensación de que mi trabajo no había acabado y algo falló. Quería hacerlo bien otra vez”, subrayó un Perasovic sin ningún tipo de rencor.