vitoria - Falta poco menos de un mes para que arranque la competición en la Liga Femenina 2 y el Araski, que disputará su tercera temporada consecutiva en la segunda categoría del baloncesto femenino español ultima su preparación a todos los niveles. Los responsables del club, con su presidente Livia López a la cabeza, ofrecieron ayer todos los detalles del trabajo desarrollado hasta el momento y los pasos a seguir en el futuro a corto y medio plazo.

En este sentido, la entidad vitoriana lamentó que la tardanza de la Federación Española en establecer el formato de la competición y sus integrantes (finalmente se ha recuperado a cuatro equipos más) les haya provocado más de un quebradero de cabeza a la hora de cuadrar las cuentas. Finalmente, el presupuesto -que se ve incrementado por los viajes obligados a Canarias y el mayor número de partidos- rondará los 250.000 euros. Como en años anteriores, el Araski está tratando de conseguir la mayor implicación posible de las instituciones y el sector privado, empeño que no resulta en absoluto sencillo en las actuales circunstancias.

En el ámbito estríctamente deportivo, el equipo presenta bastantes cambios. Por un lado están las sensibles bajas de Itsaso Conde, que marcha a otro equipo de LF 2 con mayores aspiraciones, y Sara Ortega por motivos de salud (se le ha detectado un linfoma). La ala-pívot Arane Uriarte también causa baja al no poder compaginar estudios y baloncesto.

De esta manera, serán cuatro las jugadoras que continúen respecto a la temporada pasada. Se trata de Laura Pardo, Cristina Molinuevo, Yoar Zamora y Arrate Agirre, a las que se añaden las incorporaciones de Anne Senosiain y Ane Aldalur. Días atrás el Araski había anunciado la incorporación de la pívot estadounidense Nicole Griffin y ayer hizo lo propio con otro fichaje de relevancia.

Se trata de la veterana (32 años) alero argentina Cecilia Liñera. Una jugadora de nivel que ha jugado varias temporadas en la máxima categoría del baloncesto español y aportará experiencia a un vestuario que destaca precisamente por su juventud y que llega tras el varapalo que supuso la confirmación de la marcha de Itsaso Conde. La vitoriana, salida de la cantera del Araski y con un gran futuro por delante busca nuevos desafíos y el club ha querido facilitarle ese paso pese a que juegue en su contra. Así, ha decidido renunciar a la compensación por los derechos de formación que le habría correspondido (podría oscilar entre los 8.000 y los 12.000 euros) y que habría sido una gran ayuda para su ajustada economía.

Al margen de posibles imprevistos, el único movimiento que le resta por hacer al Araski es la incorporación de una tercera jugadora extranjera seguramente para reforzar el juego interior.