vitoria - Cuando se acerca un acontecimiento especial en su vida como la boda con la golfista Sarah Roering, Colton Iverson está poniendo a prueba su paciencia a la hora de que se concrete oficialmente su nuevo destino profesional. Éste se halla muy lejos del Baskonia y pasará ineludiblemente por Turquía, concretamente el Pinar Karsiyaka, pese a que el Baskonia esgrima que todavía dispone de unos días de margen para tomar la decisión definitiva respecto a la conveniencia de que continúe a las órdenes de Velimir Perasovic.
El acuerdo entre el poste estadounidense y el vigente campeón turco, uno de los nuevos ricos del baloncesto europeo que ha sorprendido a propios y extraños conquistando el título doméstico en su país, es una realidad desde hace más de una semana. Con el fin de prevenir una posible lesión, ambas partes consensuaron que el jugador no disputara la Liga de Verano de Utah con los Celtics, franquicia en la que difícilmente habría tenido un hueco la próxima temporada ante la saturación de pívots de siete pies en manos de Brad Stevens. Con un buen cartel en Turquía tras su paso anterior por el Besiktas, Iverson jugó sus bazas y minimizó riesgos decantándose por una lucrativa propuesta de un conjunto con plaza garantizada en la Euroliga en lugar de intentar mostrar su valía en las Ligas de Verano como rampa de lanzamiento hacia su sueño de la NBA.
Conocedor de esta decisión del poste, al Baskonia se le abre la posibilidad de obtener una compensación económica por la marcha de una pieza vital en los esquemas de Ibon Navarro durante la pasada temporada. El Baskonia se aseguró en su día una opción unilateral para ampliar su vínculo, pero el único trasfondo será monetario en el caso de ejercerla. Cualquier ingreso es bien recibido y más ante las negras perspectivas de cristalizar en el presente mercado estival un traspaso oneroso.
Cerrada la desvinculación con el inquilino del Buesa Arena, un último obstáculo se interpondrá en el desembarco de Iverson en la ciudad de Esmirna. Sobre el Pinar Karsiyaka todavía pesa una sanción de la FIBA impuesta en noviembre del año pasado. El motivo no es otro que las deudas del club otomano con jugadores, agentes y proveedores. Hasta que no se ponga al día en los pagos, la Federación de su país no le permitirá inscribir jugadores. Una vez se solucionen estos problemas, Iverson no es el único con el que ya ha alcanzando un acuerdo y que vestirá su camiseta en el futuro. También están apalabrados Joe Ragland, Justin Carter y Kerem Gonlum.