Vitoria - Tras un decepcionante descenso con el Al-Qázeres, la exterior vitoriana decidió inscribirse en el draft para disputar la competición albiceleste. Escogida por el Unión Florida, ha sido una de las artífices del éxito con medias superiores a las dobles figuras. Dos meses intensos en los que, según confiesa, ha vuelto a disfrutar del baloncesto y le han permitido revalorizarse para recibir una oferta que le permita seguir compitiendo al más alto nivel en Liga Femenina. A poder ser, deberá ser un equipo que le habilite tiempo para estudiar su segunda carrera, concretamente Fisioterapia, tras haber finalizado hace años Podología.

¿Cómo surge la idea de vivir esta experiencia inédita?

-Me llamó mi representante y me comunicó si quería participar en la Superliga. Al acabar tan pronto la liga en España, lo cierto es que no lo dudé mucho. Me lo pensé un día y enseguida dije que sí. La verdad es que no me arrepiento porque ha sido algo único en mi vida.

Además del éxito a nivel deportivo, ¿qué ha vivido allí a lo largo de estos dos meses?

-Cuando viajas a otro país, te gusta conocer un poco la cultura, gente nueva y visitar sitios nuevos. Aparte del baloncesto, nos hemos juntado las extranjeras de otros equipos a las que ya conocía para ver sitios importantes, ir a comer a restaurantes.... Lo hemos pasado fenomenal.

Resultó escogida en un ‘draft’ por el Unión Florida, a la postre el campeón. Mejor imposible, ¿no?

-Sí, cada equipo podía escoger dos extranjeras y tuve la suerte de ser elegida por ellos. Les estoy agradecido por ello, ya que todo ha marchado sobre ruedas.

¿Anima a otras jugadoras a probar fortuna?

-Por descontado. Vas a hacer lo que te gusta, conoces un país nuevo, gente nueva... Son cosas que se van a quedar grabadas toda tu vida y todo el mundo no tiene el privilegio de poder vivirlas. Si existe la oportunidad, creo que hay que cogerla en el momento que te llega. Además, te llevas un dinero y puedes hacer lo que más te gusta. Son todo ventajas. El nivel de la Superliga es algo inferior al de la Liga Femenina, aunque se juega a otro baloncesto distinto. Hay menos extranjeras que en España. Se corre mucho más que aquí y también se permiten más contactos. Al final, es una cuestión de adaptarse.

Porque si el baloncesto masculino vive una crisis galopante, ni le pregunta por el femenino. ¿Verdad?

-Uff... Mejor ni decirlo. Al acabar tan pronto la liga, te encuentras para empezar con que estás cinco meses sin competir. Pero esto es algo que es muy difícil que cambie. Es verdad que la Liga Femenina en España ha perdido mucho nivel en cuanto a dinero. Únicamente dura siete meses y hay momentos en los que te planteas marcharte fuera o estudiar otra carrera y seguir formándote en lo que vas a poder trabajar en un futuro. Acabar de jugar con más de 30 años y carecer de experiencia de lo que has estudiado hace que te replantees muchas cosas.

¿Le ha quitado este triunfo el mal sabor de boca por el descenso vivido con el Al-Qázeres?

-Sí. Ha sido una temporada difícil en todos los sentidos y no acabé con unas sensaciones buenas. Ahora, al haber quedado campeona y haber disfrutado otra vez con el baloncesto, estoy muy contenta.

¿Cuál es su hoja de ruta a partir de este instante?

-Todavía no lo sé. Estoy pensando a ver por dónde tiro. Creo que será una cuestión de días. Lo que quiero es seguir jugando al baloncesto y ya se verá dónde termino. No creo que tenga problemas para encontrar equipo en Liga Femenina, pero aún no lo sé.

Con 25 años, ¿se ve ya en su madurez deportiva?

-Sí, creo que estoy preparada para cualquier reto. No me cierro ninguna puerta. Ahora que soy joven, es cuando puedo hacer cualquier cosa. Haberme ido a Argentina es una experiencia que voy a recordar siempre. Estoy abierta a irme fuera porque es en este momento cuando más quiero disfrutar del baloncesto.

Por cierto, se perdió el partido histórica de Euskadi en Vitoria ante Venezuela.

-Lo sé. Me hubiese gustado haberlo disputado. El año pasado recuerdo que ya estuve convocada para dos partidos en San Sebastián y Bilbao.

Desde la distancia, ¿sigue la trayectoria del Araski?

-Obviamente sí. Es el equipo de mi tierra y siempre me tira. Las he visto muy bien, sobre todo comparado con el año anterior cuando sufrieron tantos apuros para mantener la categoría. Esta campaña han estado en mitad de la tabla y mirando hacia arriba para meterse en el play off. Lo han hecho espectacular.

Ha surgido en los últimos tiempos una gran generación de jugadoras alavesas con usted, Itsaso Conde, Cristina Molinuevo, Arrate Agirre... ¿Es motivo de orgullo?

-Es una de las mejores generaciones que ha habido nunca. Está saliendo últimamente una gran hornada y se nota con tanta presencia en la selección vasca. Itsaso está lesionada, pero pronto volverá con fuerza.