si tuviera que definir a Alberto, diría que es un anotador compulsivo. Es verdad que la faceta en la que más destaca es la de triplista, pero también sabe jugar el pick and roll o anotar tras una penetración. Las defensas rivales se centran mucho en él y, por eso, los compañeros disponen de mucha más libertad para anotar con facilidad. En un equipo como el Rio Natura Monbus, que tiene una calidad menos pronunciada que el Baskonia y donde aglutinaba casi todos los sistemas, era sometido a marcajes estrechísimos. Pero en Vitoria, rodeado de jugadores igual de competitivos, puede incluso que brinde un rendimiento superior. Creo que está preparado para este gran reto que se le presenta en su carrera. Ha pasado mucho tiempo en Santiago y le ha llegado la gran oportunidad de demostrar su valía. Ha mejorado año y año, así que confío en que le vaya fenomenal y triunfe. Me descubro ante su vena triplista. Él ya ha dicho que es algo que tiene innato. Como cualquier jugador, entrena muchísimo el triple, pero el mismo tiempo que otro aspecto del juego. No es que meta muchas más horas de las requeridas para mejorar en esta faceta. Si en los partidos resulta increíble la facilidad con la que encesta desde el 6,75, en los entrenamientos te sorprendes todavía más. Cuando está parado con los dos pies por detrás de la raya, es muy complicado que no consiga tirar y enchufarla. No se viene abajo cuando sufre una mala racha y tampoco se corta. Si tiene que lanzar, lo hace porque, ante todo, sabe lo que es. Él es consciente de que lo que puede dar a su equipo son puntos. Nunca se va a arredrar a la hora de armar el brazo porque sabe cuál es su cometido. Veo a Alberto con la suficiente capacidad para subir ese escalón en cuanto a la anotación que se le exigirá en Vitoria. No tenía claro lo que iba a hacer con su futuro. Junto a su agente, lo ha llevado de forma muy sigilosa y sin levantar la voz. Estábamos todos esperando la decisión que tomaba y me he enterado a la vez que todo el mundo. Además de un gran jugador, es un muy buen tío. No va a tener ningún problema con nadie porque es muy simpático y siempre le gustan las bromas. Para tenerle dentro de un vestuario en el que todos congenien bien y haya armonía, creo que Alberto es un buen pegamento. La única temporada que he compartido con él, la he disfrutado mucho.