vitoria - No ha sido necesario un comunicado público del club para poner nombre y apellidos a la primera baja del Baskonia. La mala temporada cumplimentada por el conjunto vitoriano ya tiene un damnificado en la figura del base más cuestionado que militaba a las órdenes de Ibon Navarro. Apenas unas horas después de concretarse la eliminación liguera ante el Unicaja, Darius Adams escogió ayer su cuenta de twitter para confirmar su marcha de la capital alavesa. Procedente del Nancy francés como recambio de Thomas Heurtel a finales de diciembre del año pasado, el estadounidense se ha convertido en una de las principales decepciones.

Con una lectura del juego, por momentos, errática, una raquítica media de asistencias por encuentro y unos brotes de individualismo letales para el buen engranaje colectivo, Adams era uno de los señalados con claridad para abandonar el barco azulgrana. Antes del veredicto oficial por parte de Josean Querejeta tras el pertinente periodo para la reflexión, su suerte ya estaba echada. De ahí que el jugador haya decidido anticiparse a los hechos con un mensaje contundente y diáfano en las redes sociales.

“Ha sido un honor representar al Baskonia. Quiero agradecer a la organización por la oportunidad y a los fans por haberme aceptado. Los mejores deseos para todos ellos. Fue una experiencia increíble pelear a vuestro lado, compañeros. Hasta ahora, el mejor grupo del que he sido parte”, escribió Adams, sobre el que se habían depositado grandes expectativas después de que el presidente llegara a comparar su aterrizaje con el de uno de los grandes iconos de la historia azulgrana como Elmer Bennett.

Reclutado por el Laboral Kutxa supuestamente como un timonel dotado de grandes dotes organizativas y como un pasador de primer nivel, Adams apenas ha paseado esas virtudes detectadas durante su periplo en la Pro A francesa. En numerosos partidos, de hecho, ni siquiera ha inaugurado su cuenta de asistencias, no ha gobernado el tempo de la forma que se pensaba ni ha contribuido a hacer mejores a sus compañeros. El de Illinois ha protagonizado fogonazos de calidad sin anidar la sensación de ser un base dominante sobre el que edificar un proyecto ganador en el futuro. Se le recordará siempre por su excelsa actuación ante el CSKA en una velada donde firmó 31 puntos, pero ni por asomo ha sido ese jugador clarividente que necesitaba el entrenador vitoriano para erigirse en el contrapunto de un Mike James de gatillo fácil.

Si todos los equipos de altos vuelos precisan de dos jugadores complementarios al mando de las operaciones, el Baskonia ha dispuesto de dos clones cuyas deficientes decisiones fueron mortales de necesidad precisamente el día donde se ponía en juego el billete para la semifinal liguera en el Martín Carpena. Su inseguridad a la hora de subir el balón a la pista contrario, su escasa creatividad o sus lagunas defensivas, algo que permitió al fornido Jayson Granger brillar con luz propia, también se han dejado sentir en demasiadas ocasiones.

A la hora de cerrar su incorporación, previo pago de una pequeña compensación económica al Nancy, el Baskonia se reservó una opción unilateral para ampliar su contrato. Sin embargo, es una hipótesis que estaba completamente descartada antes incluso de que el propio Adams desvelara su voluntad de afrontar en el futuro un nuevo desafío profesional. Tras varias temporadas pinchando en hueso a la hora de incorporar un base cerebral que ordene el juego y con dotes de mando, la búsqueda se mantiene abierta para el próximo proyecto. La sombra de Prigioni sigue siendo en este sentido muy alargada y nadie es capaz de cubrir el enorme vacío.

Liga ACB. 9 puntos, 2,4 asistencias y 1,3 rebotes en 21 minutos de media. 42% en tiros de dos y 35% en triples. Tres pérdidas por encuentro.

Euroliga. 12,2 puntos, 2,8 asistencias y 2,4 rebotes en 23 minutos de media. También ha promediado tres pérdidos por partido. 47% en tiros dobles y 41% desde la línea de 6,75.