Vitoria - La estancia de Haukur Palsson en Vitoria tiene fecha de caducidad. Su incorporación a la escuadra azulgrana hace unos días fue un parche de urgencia ante la concatenación de diferentes contratiempos y el propio interesado es el primero que sabe que su futuro aquí es escueto. Sin embargo, en la jornada de ayer recibió una buena noticia, un indulto a la pena de guillotina que pesa sobre su cabeza. Como consecuencia, la entidad de Zurbano decidió prorrogar una semana más el contrato a prueba que une a ambas partes, que ahora concluye el próximo 4 de mayo. De esta manera, el islandés se ha ganado la posibilidad de disputar al menos dos encuentros más con la elástica baskonista, este sábado en Fuenlabrada y el domingo siguiente ante el UCAM Murcia.

Una medida a todas luces interesante para ambas partes. Al vikingo le permite continuar en el escaparate y le sirve de recompensa al esfuerzo y las buenas sensaciones que exhibió en su estreno ante el CAI Zaragoza. El Baskonia, por su parte, puede seguir contando con una pieza más en su maltrecha rotación exterior y gana tiempo para terminar de completar el puzle de la plantilla con la que afrontará el tramo definitivo del campeonato.

Y es que, con el fichaje el martes de Hopson, la entidad de Zurbano ha dado la enésima vuelta de tuerca al grupo del presente ejercicio y está obligada a afrontar un nuevo periodo de cambios y readaptación. Una fase en la que sin duda puede servir de ayuda la presencia de un hombre con el espíritu y la capacidad de trabajo de Palsson.

En cualquier caso, el camino que va a seguir la reconstrucción azulgrana parece ya claramente trazado en el horizonte cercano. Salvo sorpresa mayúscula, Hopson -que ayer se sometió al pertinente reconocimiento médico y ya se ejercitó junto a sus compañeros a las órdenes de Ibon Navarro- ocupará la plaza de extracomunitario que hasta ahora detentaba Hansbrough desde este mismo fin de semana, siendo este último el gran perjudicado por la operación.

Con ello, el equipo recupera parte del caudal ofensivo perdido tras la lesión de larga duración de Bertans. Una capacidad de anotación que se verá igualmente reforzada cuando Fernando San Emeterio consiga dejar atrás el problema muscular que le mantiene en la enfermería. Con un pronóstico de recuperación de entre dos y tres semanas, el capitán podría estar de vuelta cuando expire el nuevo contrato de Palsson.

Pero ese, más que probablemente, no será el último movimiento. Porque la figura de Adam Hanga continúa apareciendo en el horizonte como más que interesante posibilidad de futuro. El húngaro disputa su último encuentro como local con el Avellino italiano el 3 de mayo y el Baskonia está intentando convencer al club transalpino -reticente a dejarlo marchar- de que lo libere entonces. Si no lo logra, su llegada se demorara siete días.