vitoria - La Copa del Rey ya es historia. Se cumplió a rajatabla el guión previo en una edición presidida por el enésimo ejercicio de altanería de los dos grandes y con la alargada sombra del Baskonia sobrevolando en el ambiente. Un año más, nadie ha discutido la cansina hegemonía del Real Madrid y Barcelona, cuya suficiencia volvió a ser atroz a la hora de plantarse en la quinta final de los últimos seis años. Salvo en momentos muy puntuales de los cuartos de final y las semifinales, en ningún momento se vieron exigidos.

Ambos plasmaron con abrumadora rotundidad la superioridad derivada de un presupuesto astronómico que les permite conformar plantillas interminables y con puestos hasta por triplicado. Donde los más modestos salen a competir con pistolas de agua y nimias balas de fogueo, Pablo Laso y Xavi Pascual oponen un armamento sofisticado y de la última generación en el que sobra de todo para ser los entrenadores más envidiados. No importa que alguna no funcione porque, a la postre, existen alternativas suficientes en la recámara para lanzarse a la yugular del rival.

Queda y quedará para siempre la duda de qué habría sido capaz de hacer el Baskonia en la cita insular teniendo en cuenta los últimos ilusionantes precedentes ante los dos clubes futboleros. Cabe recordar que si al Barcelona le infligió un severo correctivo en el Buesa Arena en una matinal para el recuerdo con más de un centenar de puntos en el casillero, el Real Madrid debió sudar tinta china para superar la tenaz resistencia alavesa en otra actuación valiente, sin complejos y altamente positiva para la autoestima.

Respaldado por sus buenos resultados y la notable mejoría colectiva tras la atinada reconstrucción navideña, el Laboral Kutxa ha seguido a través de la televisión una nueva edición de la Copa con evidentes dosis de resquemor y frustración. Muchos se tiran de los pelos por lo que pudo haber sido y finalmente no fue. Es baloncesto ficción y nadie sabe a ciencia cierta qué hubiese ocurrido, pero este equipo tan competitivo y compensado de la actualidad habría dado posiblemente mucha más guerra a los dos grandes en el Gran Canaria Arena que otras alternativas al poder establecido como el Unicaja y, en menor medida, el Valencia Basket. Es una creencia generalizada que se extiende a estas horas entre los entendidos en la materia, conscientes de la renovada pujanza del Baskonia y sus renovados bríos tras el cambio de rumbo en el banquillo y los fichajes de Mirza Begic, Mike James, Darius Adams y Ben Hansbrough.

pros y contras Taronjas y malagueños se ahogaron en la orilla frente a los blaugranas pese a dominar el marcador en algunos instantes. Mucho más apabullante resultó la superioridad blanca ante el CAI y el Joventut, desplomados tras el descanso en cuanto el vigente monarca copero elevó los decibelios defensivos y dio una vuelta de tuerca a su intensidad.

Precisamente es el diabólico ritmo de juego y su vértigo lo que está causando pavor y convirtiendo al Baskonia en un adversario otra vez temible. A los mandos de dos bases por momentos indomables, su voraz juego en transición y su devastadora pegada ofensiva -principales señas de identidad inoculadas por Ibon Navarro- hacen de él un conjunto indescifrable en cualquier scouting. Comparado con el Real Madrid y el Barcelona, los vitorianos presentan una clara inferioridad en cuanto a fondo de armario, talento y fortaleza física, pero sus virtudes también son difíciles de encontrar en otros conjuntos de nivel medio-alto. Parece imposible evitar una nueva final liguera entre los dos grandes, pero sí se halla en condiciones el Laboral Kutxa de pelear y vender cara su piel en un hipotético enfrentamiento a tres o cinco pulsos dentro del play off por el título.

El doble frente de la Euroliga y la ACB vuelve a abrirse paso ahora para una tropa azulgrana que encara a corto plazo dos compromisos vitales para su futuro. No en vano, en Estambul y Bilbao pondrá en juego gran parte de las esperanzas de acceder al Top 8 en la máxima competición continental y pelear por la cuarta posición de la fase regular a nivel doméstico. Frente al Anadolu Efes buscará no sólo enmendar el grave tropiezo de la jornada inaugural sino también recuperar el average de la ida (67-72). Frente al Bilbao Basket, por último, emerge el domingo la última oportunidad para asaltar la condición de cabeza de serie y evitar a a las primeras de cambio el cruce ante cualquiera de los tres participantes españoles de la Euroliga.