vitoria - Giuseppe Poeta (29 años y 1,90 metros) apenas ha disputado tres minutos en la presente temporada con el inquilino del Nou Congost. Tras erigirse en uno de los fichajes estrella de la Bruixa d’Or en el pasado mercado estival, sufrió un golpe en su rodilla izquierda con la selección azzurra en el Preeuropeo que, finalmente, resultó más grave de lo esperado y le obligó a pasar por el quirófano al estar dañado un cartílago. Reapareció de forma testimonial la semana pasada en Miribilla ante el Bilbao Basket y, por tanto, confía en ir adquiriendo poco a poco el tono físico imprescindible para ser la prolongación de Pedro Martínez sobre la cancha. Durante su media campaña en la capital alavesa, donde sería relevado por Alex Renfroe en vísperas del inicio del play off por el título, se ganó al baskonismo merced a su encomiable espíritu de lucha. No reúne las virtudes propias de una estrella, pero si algo dejó claro en el Buesa Arena es que, con trabajo, dedicación y esfuerzo, se puede suplir cualquier carencia. Si el conjunto dirigido en aquel instante por su compatriota Sergio Scariolo se clasificó para la Copa del Rey fue, en parte, gracias a su explosiva aparición en Illumbe para cercenar las esperanzas del Gipuzkoa Basket con varios triples providenciales.
Lo primero de todo, ¿cómo se encuentra de la lesión?
-Es la primera vez en toda mi carrera que me lesiono de tanta gravedad. Antes, nunca había parado más de diez días. Sufrí un golpe con mi selección el pasado verano e intenté recuperarme sin tener que pasar por el quirófano, pero desgraciadamente la rodilla no se pudo arreglar. Me hicieron una artroscopia el 15 de octubre y, más o menos, el tiempo de recuperación para estas dolencias está fijado en cuatro meses. Me he reincorporado un poco antes de lo previsto. Tras el parón por la Copa, espero conseguir poco a poco mi mejor estado de forma.
En Bilbao sólo fueron tres minutos de juego. ¿Le falta lógicamente ritmo a estas alturas?
-No, no... Ritmo sí tengo y en este sentido estoy bastante bien, aunque pueda faltarme un poquito. El problema es que ahora me duele la rodilla, pero los médicos me comentan que es normal.
Encima no gana para sustos, ya que el día de su reaparición Marko Todorovic le arrancó un diente al darle un codazo fortuito. ¿Está tocando madera?
-(Risas). Con el diente no pasa nada. Se pueden romper todos. Mejor que la rodilla esté en perfectas condiciones. En Bilbao todo salió mejor de lo esperado. En principio, no tenía que jugar y competí bastante bien unos minutos al final del segundo cuarto.
¿Confía entonces en tener esta tarde un protagonismo importante ante el Baskonia?
-Sí, espero estar más minutos. Me he entrenado bien durante toda la semana. Lo he hecho a un ritmo algo más bajo que el del equipo, pero poco a poco iré estando mejor. El plan consensuado con los médicos era que me reincorporara con la pausa por la Copa y voy por el buen camino. Hemos hecho un buen trabajo entre todos. Pude echar una pequeña mano en Bilbao y ahora confío en jugar algo más ante el Laboral Kutxa.
En el verano se convirtió en una de las peticiones de Pedro Martínez para la Bruixa D’Or. ¿Cuáles serán sus cometidos esta temporada?
-Quiero aportar mi experiencia, mi juego de pases y, en general, todo lo que he hecho durante mi carrera. He militado en equipos bastante ambiciosos. La primera cosa será tratar de que el equipo mejore merced a mi presencia con asistencias y una buena dirección. Mi objetivo consistirá en meter en dinámica y ritmo a todos los compañeros y que las cosas les resulten lo más fácil posible.
Su equipo lleva metido en la zona caliente desde las primeras jornadas. ¿Es posible la salvación?
-Va a ser guapo e interesante. Me gusta vivir este tipo de situaciones. La lucha por evitar el descenso siempre implica a muchos equipos y pienso que va a estar todo muy abierto hasta las últimas jornadas.
¿Cómo asimila uno el cambio de disputar la Euroliga al más alto nivel a pelear ahora por un objetivo mucho más modesto?
-Bien, bien... Son cosas que suceden en la carrera de cualquier jugador. No me importa haber bajado un escalón. También depende del rol que tienes en el equipo. La pasada campaña era el segundo base en Vitoria y aquí estoy llamado a ser el primero y liderar el proyecto. Esto es un motivo de satisfacción. Quería seguir un año más en la ACB, una competición que me gusta mucho. Es cierto que cambia tu rol, pero me gusta mucho la nueva experiencia. También se está bien en Manresa.
Tras revalorizarse en el Baskonia, ¿no se planteó entonces la vuelta a la ‘Lega’ de su país natal?
-Ahora mismo la ACB es la mejor de Europa. Mi objetivo en todos los lugares es, hasta que me dejen, dar el máximo nivel que sea posible.
En Vitoria dejó un grato recuerdo en todos los aficionados. Nadie olvidará, por ejemplo, aquellos triples en Illumbe para allanar el camino a la Copa. ¿Es consciente de ello?
-Sí, por supuesto. Yo también convervo un gran recuerdo del Baskonia y de sus seguidores. En cinco meses, sentí el cariño de todo el mundo y estuve encantado en la ciudad. Fue algo muy especial, una etapa corta pero que ha supuesto uno de los mejores recuerdos de mi carrera.
Su espíritu de lucha y su sacrificio es algo que no abunda precisamente hoy en día entre los baloncestistas. ¿Se le valoraba más por eso?
-Sí, puede ser. A mí siempre me ha gustado luchar sobre la pista y dejarlo todo. Seguramente, a la afición del Baskonia le encantaba esto de mi persona. En parte, logré un feeling especial con ellos por esta razón.
Hablando ya del partido, ¿es factible para ustedes superar a este Baskonia en línea ascendente?
-Va a ser muy difícil para nosotros. Ibon Navarro está haciendo un trabajo increíble. Es un muy buen entrenador y ya lo demostró el año pasado cuando era el segundo de Scariolo. Su mérito ha sido permitir que salga el talento que existe en la plantilla. El Baskonia juega más libre y lo está haciendo realmente bien. Estuvo a punto de vencer en Estambul, machacó al Gran Canaria, también al Barcelona, se le escapó al final el Real Madrid... Poseen mucha confianza y, además, una grandísima calidad.
A usted le espera una compleja misión ante dos bases tan diabólicos como Adams y James. ¿Preparado para sufrir?
-Sí, es verdad. Son los clásicos bases americanos muy fuertes en el uno contra uno. Están jugando muy bien, se sienten a gusto al contragolpe y utilizan mucho el pick and roll en las transiciones. El Baskonia es muy peligroso y va a luchar hasta el final por hacer una gran temporada.
¿Le sorprendió la ausencia azulgrana en la Copa del Rey?
-Sí, mucho. Empezaron muy mal con otro entrenador, pero ahora están creciendo, rayando a un buen nivel y haciendo una gran remontada. En el Buesa Arena será muy difícil ganar, ya que el pabellón siempre está lleno y la afición tiene una gran ilusión. Cuando empiece el play off por el título, el Baskonia va a ser un rival complicadísimo para cualquiera.
Como buen italiano, ¿a qué achaca el sonoro fracaso de su compatriota Marco Crespi al comienzo de la temporada?
-No lo sé bien. Hablando de él, es un técnico que necesita tiempo para desarrollar un proyecto a largo plazo. Creo que el primer error fue la confección de la plantilla y que el club no construyó un equipo como él pensaba con numerosos americanos. No es bueno que en esta liga haya demasiados en un mismo lugar. Luego, también considero que es un entrenador que no se adecuaba al Baskonia ni tenía el perfil idóneo para dirigir al club.
Por último, ¿cuáles son las principales amenazas que se encontrará esta tarde el Laboral Kutxa en el Nou Congost?
-Somos, por encima de todo, un equipo. Destacamos por nuestro espíritu de lucha en todo momento. Hasta ahora, hemos hecho lo máximo que estaba en nuestras manos con un montón de ausencias. En el futuro necesitaremos sumar más victorias, subir nuestra confianza en ataque y estar más juntos en defensa. Entonces, seremos más competitivos y podremos salvar la categoría.