vitoria - Por lo poco que se pudo presenciar ayer, Darius Adams es de esos jugadores que prefieren hablar más alto y fuerte sobre el campo que fuera de él. Parco en palabras y bastante tímido delante de los micrófonos, su presentación como último fichaje del Baskonia para este ejercicio apenas dejó las típicas frases políticas a las que los deportistas de élite recurren cuando llegan a un nuevo lugar. De poco más de 1,80 metros y 25 años, este menudo base nacido en Illinois aterriza en el Buesa Arena con ganas de “seguir creciendo y progresando como jugador”.
Al igual que Mike James, el hombre con el que compartirá timón hasta el final de la temporada, carece de un pasado de relumbrón, ha militado en conjuntos de perfil bajo antes de la llamada procedente de Zurbano y no viene avalado precisamente por su habilidad para hacer mejores a los compañeros. Los informes hablan, por encima de otras consideraciones, del clásico jugón propenso a monopolizar el balón en sus manos durante la mayor parte del tiempo y de un anotador compulsivo. Dada su electricidad y su buen uno contra uno, dista mucho de responder al perfil de director a la antigua usanza que tanto gusta en Vitoria y necesita el Baskonia para ser de una vez por todas un plantel competitivo. Las limitaciones económicas azulgranas le impiden ya acceder a las grandes estrellas de antaño y no queda otro remedio que orientar la mirada hacia mercados modestos y apostar por piezas desconocidas para el público en general.
“Para mí, es una gran oportunidad jugar en un equipo como éste”, reveló de entrada Adams, procedente del SLUC Nancy y que lucirá el dorsal 1 en su camiseta. El estadounidense es consciente de que su rol cambiará de forma diametral en Vitoria, algo que a su juicio representa “un desafío” y un reto novedoso en su carrera. “Aquí tendré grandes jugadores a mi alrededor que harán más fácil todo. Mi trabajo será llevar el equipo y contribuir lo máximo que pueda”, reconoció.
Tras la extensa conversación que ha mantenido con Ibon Navarro, sin embargo, Adams también entiende que deberá ser en varios momentos fiel a sí mismo. Seguido in situ esta misma campaña por Alfredo Salazar en varios partidos de la Eurocup como el que disputó en San Pablo ante el Baloncesto Sevilla, el Baskonia confía en que sea útil en todas las facetas. “El técnico me dice que juegue duro en defensa y haga mi juego, pero sobre todo defensa”, puntualizó un base que, eso sí, espera ser complementario con James. Cuestionado sobre el similar perfil con su compatriota, precisó que “yo vengo con la intención de crear más jugadas, pero sólo llevo un día en Vitoria y no sé realmente todavía cómo juega Mike”.
El adversario ante el que debutará mañana es el Baloncesto Sevilla, del que conserva “buenos recuerdos” tras endosarle el pasado 5 de noviembre en la cuarta jornada de la Eurocup 30 puntos -5 de 8 en triples-, 6 rebotes y 6 asistencias para un total de 36 valoración. Números estratosféricos a los que, salvo sorpresa monumental, no se acercará durante su periplo en Vitoria. En caso contrario, sería una mala señal para el futuro de un Baskonia obligado a ser un colectivo coral y alejado de anarquías.