vitoria - El Baskonia colocó ayer la primera piedra de su reconstrucción al anunciar la renovación de Mirza Begic hasta el final de la presente temporada. El poste esloveno, llegado el pasado 19 de noviembre después de la enésima lesión de Lamont Hamilton y cuyo vínculo expiraba el pasado lunes, seguirá ataviado con la elástica azulgrana después de que ambas partes hayan limado durante los últimos días las asperezas iniciales surgidas en los primeros contactos para abordar la continuidad de una pieza determinante en la clasificación hacia el Top 16 de la Euroliga. Era una noticia prácticamente cantada después de que tanto el presidente del club, Josean Querejeta, como el propio Begic airearan públicamente hace días su deseo de seguir unidos bajo el mismo techo. A diferencia de lo sucedido la pasada campaña con Milko Bjelica, que se vio tentado por una suculenta proposición del Anadolu Efes en vísperas del comienzo de la segunda fase continental y que desestimó la posibilidad de permanecer en el Buesa Arena, el club ha conseguido retener esta vez a un temporero de sólidas prestaciones cuyo desembarco ha resultado capital para dotar de equilibrio a la maltrecha pintura azulgrana.
La presencia del techo balcánico, obligado eso sí como el resto de la plantilla a elevar su discreto nivel de los últimos partidos ante el Estrella Roja y el Murcia, garantiza al Baskonia unos intangibles imprescindibles. En un equipo que no anda sobrado precisamente de hombres altos de campanillas pese a la entrega de Colton Iverson y las ganas de triunfar de Ilimane Diop, contar con un jugador de esa talla física y envergadura ayuda sobremanera en muchos aspectos. Principalmente, libera a los tiradores para gozar de posiciones francas de tiro, permite a Shengelia realizar esas acciones de fuera-dentro que tanto acostumbra a poner en práctica y, sobre todo, supone un filón incuestionable a la hora de realizar las capitales segundas ayudas en defensa.
Sin ser un poste perteneciente a la aristocracia continental, Begic constituye un interior de sobradas garantías debido a su experiencia en las lides internacionales, su efecto intimidatorio sobre los rivales y su habilidad para convertir en canasta los pocos balones que le suelen llegar cerca de la canasta. Así lo ha entendido el Baskonia, que ha decidido redoblar su confianza en un elemento que estaba prácticamente sumergido en el anonimato antes de recibir la llamada procedente del Buesa Arena. Tras salir la pasada campaña del Olympiacos por la puerta de atrás, el internacional esloveno competía en un equipo menor de su país natal (Union Olimpia) tanto en la Liga Adriática como la Eurocup.
hamilton, sentenciado La renovación de Begic llevará aparejada en breve otra noticia de calado como es el adiós del controvertido neoyorquino, uno de los principales damnificados por el cambio de fichas antes de que empiece el Top 16 y sin hueco ya en la zona alavesa. Otra cosa distinta será evaluar la forma en que Josean Querejeta consiga quitarse de encima a un pívot que se ha convertido en uno de los mayores fiascos dentro de su aciaga política de fichajes de los últimos tiempos.
Hamilton está prácticamente restablecido de la última lesión muscular que sufrió hace un mes, pero nadie apostaría ahora mismo algún euro a que volverá a vestir la elástica azulgrana. Tiene contrato hasta junio, pero su suerte está echada en un club donde ha sido una rémora a lo largo de la última campaña y media. Ha dado más la nota por sus continuos percances físicos y sus problemas con la báscula que por su juego sobre la cancha, lo que le ha costado la animadversión de una grada que no tolera ciertos comportamientos.
El principal enigma estriba en saber si el Baskonia deberá abonarle una indemnización para propiciar su adiós o algún club se hará cargo de su ficha hasta el final del ejercicio para que su marcha no suponga un nuevo quebranto para las debilitadas arcas del Buesa Arena. Sin embargo, es difícil que haya muchos interesados en sus servicios viendo su devaluación en el mercado.