vitoria - El mundo del deporte profesional parece decidido en esta oportunidad a llevar a cabo una auténtica cruzada contra la violencia que se cobija bajo su paraguas y, en esta línea de actuación, al juez disciplinario de la Euroliga (el suizo Patrick Grandjean) no le tembló la mano a la hora de determinar las sanciones derivadas de los incidentes en los que falleció el aficionado del Estrella Roja Marko Ivkovic a manos de seguidores del Galatasaray. Cien mil euros de multa y tres encuentros a puerta cerrada para la escuadra turca y la mitad de dinero y también un partido sin público para la balcánica. Unas duras sanciones que ojalá sirvan para conseguir el objetivo que persiguen.

El castigo se hizo público en la noche del martes y rápidamente provocó una sonrisa entre los aficionados del Laboral Kutxa. El motivo no es otro que el calendario que tiene por delante el Estrella Roja, que le hace recibir al Baskonia en su próxima comparecencia como local. Un choque, correspondiente a la décima jornada de la competición y que servirá para poner el epílogo a la primera fase de la misma, en el que el combinado serbio no se jugará prácticamente nada puesto que ya está clasificado para el Top 16 pero que sí puede ser muy importante para los vitorianos. Y es que en función de lo que suceda mañana ante el Valencia, el plantel de Ibon Navarro podría afrontar esa cita sin tener el pasaporte para la siguiente ronda aún asegurado. Lo que conociendo el ambiente infernal que acostumbra a generarse tanto en el Kombak Arena (escenario en el que inicialmente iba a disputarse el encuentro) como en el Pionir (sede en la que al final se jugará) convertía la empresa en harto peliaguda.

Una dificultad que, al menos a priori, queda sensiblemente rebajada si el partido se disputa a puerta cerrada. Por lo tanto, la sanción del juez disciplinario parecía allanar el camino baskonista. Ahora bien, todo podría variar todavía considerablemente. Como consecuencia de las garantías que deben acompañar a cualquier proceso disciplinario, tanto el Galatasaray como el Estrella Roja disponen en estos momentos de un plazo de diez días para presentar un recurso a las sanciones recibidas. Un margen que concluiría el viernes de la próxima semana. Además, y al margen del recurso, pueden solicitar la suspensión cautelar de la condena -que se les concedería de manera prácticamente automática- hasta que haya una resolución definitiva.

Por lo tanto, la escuadra serbia aún tiene en su mano la posibilidad de disputar el encuentro de la próxima semana ante el Baskonia con su afición llenando las gradas. De hecho, su presidente, Nebojsa Covic, aseguró ayer mismo que tienen “la conciencia tranquila” y anunció la inminente interposición de un recurso. Lo que ya no está tan claro es que solicite también la suspensión cautelar. Y es que los responsables de la entidad balcánica tratan de optimizar al máximo sus posibilidades deportivas.

Siendo conscientes de que es muy poco probable que la Euroliga de marcha atrás en su decisión y levante el encuentro de castigo a puerta cerrada, el Estrella Roja se ve en la tesitura de tener que elegir entre cumplirlo en el último partido de la primera fase con el Baskonia, cuando ya tiene en su mano el billete para el Top 16, o arriesgarse a tener que competir sin el apoyo de su público en alguno de los partidos decisivos de la segunda fase. Por este motivo, todo apunta a que el conjunto balcánico preferirá evitar riesgos, lo que permitirá al Laboral Kutxa disputar este importante choque sin tener que sufrir el infernal ambiente que se genera en Belgrado.