Fernando Martín, del que ayer se cumplieron 25 años de su muerte, se enfrentó hasta en 22 ocasiones al Baskonia a lo largo de su carrera deportiva. Debutó en el Estudiantes con 17 años en la antigua Primera División y sin apenas haber acumulado dos meses de trayectoria en la competición cuando se midió por primera vez al equipo vitoriano, que venció en el Magariños por 67 a 69. Martín tuvo una discreta actuación con solo seis puntos anotados. En el choque disputado en la segunda vuelta, el equipo estudiantil era el que vencía en Mendizorroza y Fernando solo lograba una canasta en juego. Sin embargo, poco tiempo le costó al pívot madrileño ir dejando su condición de novato para revelarse como uno de los mejores interiores de la liga, un jugador aún carente de una gran técnica pero que compensaba cualquier laguna con una potencia física que no tenía parangón en los interiores nacionales y que se aproximaba al físico de los mejores jugadores afromericanos. En su segunda temporada en el Estudiantes, Fernando endosó al Baskonia 24 puntos en los dos encuentros disputados, unos números ya acordes a lo que iba a acreditar durante sus diez años de carrera profesional. En el verano de 1981 fichó por el Real Madrid pero semanas antes de vestirse de blanco debutaba con la selección española para encumbrarse como el hombre franquicia del equipo nacional dirigido por Antonio Díaz Miguel y que marcaría una época con éxitos tan importantes como las medallas de plata del Eurobasket de Nantes en 1983 y la de Los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 1984. Martín fue junto a Epi uno de los protagonistas del primer gran boom que vivió el baloncesto español para aquella generación al mismo tiempo que conquistaba para el Real Madrid cuatro títulos de Liga, dos Copas del Rey y una Copa Korac antes de dar el salto a la NBA en 1986. Antes de esa aventura, el Baskonia tuvo que sufrir grandes actuaciones del número 10 del Real Madrid, como la que firmó el 21 de enero de 1984 en la apabullante victoria por 113 a 76, en la que el fornido poste martilleó el aro azulgrana con 40 puntos en el pabellón de la Ciudad Deportiva. En Vitoria no fueron pocas las ocasiones en las que el internacional español superó los 20 puntos con relativa facilidad en los aplastantes triunfos del conjunto merengue ante un Baskonia que trataba de mantener la compostura ante la visita del equipo que entonces dirigía Lolo Sainz.

En 1986 dio el salto a la NBA. Fichó por Portland Trail Blazers y tras varios veranos probándose en diferentes Ligas de Verano de la liga norteamericana, el madridista fue el primer jugador español en debutar en la NBA y el segundo procedente del baloncesto europeo tras el búlgaro y exbaskonista Georgi Glouchkov, que un año antes firmó por los Phoenix Suns. Martín apenas tuvo oportunidades de juego en la franquicia de Oregon, que contaba con jugadores importantes como Clyde Drexler, Kiki Vandeweghe, Buck Johnson, Sam Bowie, Walter Berry o Terry Porter. El poste madrileño tan solo disputó 24 partidos y anotó 22 puntos, que evidenciaron la nula confianza que su técnico, Mike Schuler, tenía en un jugador procedente de “otro” baloncesto como era entonces el continental. Así y todo, su tesón, esfuerzo y sacrificio en el trabajo del equipo le sirvieron para ganarse el respeto de las estrellas de los Trail Blazers. La aventura de Fernando en Estados Unidos supuso dar un primer paso imprescindible para la posterior hornada hispana que dos décadas después aterrizó en la mejor competición del mundo. La falta de oportunidades de juego, pero sobre todo el no sentirse partícipe importante sobre la pista motivaron que el madrileño emprendiera un año después el camino de vuelta a casa, pese a apurar sus opciones por continuar una temporada más en el baloncesto norteamericano. Volvió para capitanear junto a sus antiguos compañeros Corbalán, Birukov, Fernando Romay, su hermano Antonio y José Luis Llorente un conjunto que en la competición nacional había cedido el mando al Barça y que se tenía que conformar con jugar la Recopa de Europa y no la Copa de Europa (Euroliga).

El 7 de noviembre de 1987, después de perderse el inicio liguero por lesión, Martín volvía a vestirse de blanco para medirse al Taugrés en el Palacio de los Deportes. Sin estar en su mejor forma física, disputó 26 minutos en un partido que fue igualado durante 30 minutos, hasta que la quinta falta personal de Larry Micheaux cuando faltaban diez minutos para el final motivó un parcial de 33-9 endosado por los locales que se llevaron la victoria por un contundente 102 a 69. Fernando fue el jugador del partido con 20 puntos y 7 rebotes. No fue esa la única visita baskonista del equipo de Manu Moreno durante esa campaña. Meses después se volvieron a ver las caras en cuartos de final de los play off al mejor de tres encuentros. El Taugrés sorprendió a su rival en el primer partido de la serie con una histórica victoria por 81 a 89. Fernando Martín, renqueante por una lesión en el tendón de Aquiles, poco pudo ofrecer a sus compañeros pero ante una posible eliminación prematura Lolo Sainz se vio obligado a contar con su hombre franquicia en los dos siguientes duelos, que tuvieron al Madrid como vencedor pero sudando hasta el último instante del tercer encuentro.

martin y petrovic El Real Madrid tuvo que recurrir entonces a Drazen Petrovic, el enemigo número uno del madridismo y del propio Fernando Martín, para recuperar la supremacía del baloncesto nacional. Fue un matrimonio de convivencia que no salió del todo bien pero que al menos dio dos títulos al club del Bernabéu, la Copa del Rey y la Recopa de Europa de 1989. El título de Liga de aquel año volvió a recaer en el Barça. Fue una temporada en al que el Baskonia y Real Madrid se toparon en cuatro ocasiones entre liga regular y play offs. El equipo alavés, que comenzaba a dar sus primeros pasos para ser un conjunto ambicioso en ACB, superó al Real Madrid que venía de ganar una semana antes la Copa en La Coruña.

Los blancos no pudieron vencer a un Taugres que se hizo fuerte en Mendizorroza y superó por 99 a 90 a su contrincante pese a los 20 puntos y 16 rebotes de Fernando Martín. Ya en los play-offs, el Real Madrid superó 2 a 0 al Baskonia, pero no logró conquistar la Liga Petrovic, como se denominó aquella temporada, y el genio croata puso rumbo curiosamente a Portland. Fernando Martín se convertía entonces en líder solitario de un Real Madrid nuevo que iba a ser entrenado por el norteamericano George Karl. El pívot visitó Vitoria el 14 de octubre de 1989 en la sexta jornada de la temporada 89/90 invicto pero con la lección aprendida de la derrota sufrida un año antes en el mismo escenario. Se encontró un Baskonia que tuvo al Madrid contra las cuerdas pero que en esta ocasión no supo o no pudo sentenciar. Los blancos ganaron por un ajusto 85-90 con un sensacional Fernando que registró dobles figuras (27 puntos y 12 rebotes).

Fue su antepenúltimo partido como jugador. Ante el F.C. Barcelona y Unicaja jugó sus últimos dos partidos. Una lesión le apartó de las canchas durante el mes de noviembre, hasta que en la fatídica tarde del 3 de diciembre de ese año una trágica noticia alteraba la sobremesa a los amantes del baloncesto y una sociedad entera que veía como uno de sus grandes emblemas se dejaba la vida con tan solo 27 años en un accidente de tráfico en la M-30. Conducía de camino al Palacio de los Deportes.