Vitoria - Con la cacareada refundación en juego, ¿se atreverá finalmente Josean Querejeta a confiar el futuro del equipo, y el suyo propio, al joven vitoriano Ibon Navarro? En el día de ayer y probablemente a lo largo de la próxima semana, no más, ése será el debate que inunde la actualidad baskonista, sumida en una profunda depresión tras el cese fulminante de Crespi y un arranque de temporada cualquier cosa menos esperanzador. El futuro de Navarro en el banquillo de Zurbano dependerá del mercado. De si las conversaciones abiertas a estas horas con técnicos, se supone, de mayor pedigrí no fructifican y de si las opciones son tan pírricas que la baza alavesa finalmente pasa por ser la mejor alternativa. Parece claro a estas alturas que Josean Querejeta apostará por el joven técnico si el plan b es un Zan Tabak 2.

Hasta entonces, el vitoriano tratará de poner en valor la experiencia que atesora en el mundo del baloncesto, la misma que descubrió en los Corazonistas -su tío y técnico en el colegio y en las categorías del Baskonia, Luis Albéniz, tuvo mucho que ver-, y que después le llevó al basket universitario y al profesional. Primero probó suerte en Menorca (ACB) de la mano de Paco Olmos, con quien le une una gran amistad y con quien este verano viajó a Puerto Rico para preparar a la selección de este país de cara el pasado Mundial de España. El destino le llevó después a Valencia como segundo de Neven Spahija y finalmente a casa, a Baskonia, de segundo técnico a las órdenes precisamente del croata en su etapa en Vitoria, pero también de Dusko Ivanovic, con quien mantuvo un sonado episodio de tensión a cuenta del hijo de éste, de Perasovic, de Sergio Scariolo y del destituido Marco Crespi. Aseguran quienes le conocen y han seguido de cerca su prometedora carrera que Ibon Navarro es un “enfermo” del baloncesto, a pesar de que en su infancia probó suerte en el fútbol colegial. Fue algo efímero porque la vocación no tardó en aparecer. Al basket dedica desde hace años gran parte de su vida en un ejercicio calculado de detalle y exactitud. Es tremendamente trabajador y muy detallista, tanto en la elaboración de sistemas como en la elaboración de scouting, que suele hacer a la medida de cada jugador. Herramientas que ahora necesitará con urgencia para encauzar el peligroso rumbo de la nave baskonista. - A. Goñi