Vitoria - Los rectores baskonistas están mirando hacia el juego exterior en los movimientos para recomponer la plantilla -así lo demuestra el cambio de Vujacic por Orlando Johnson y la situación de Perkins en el disparadero-, pero lo cierto es que el gran problema de este equipo se encuentra en las cercanías de la canasta. Con Iverson sobre la cancha existe un mínimo equilibrio que desaparece por completo cuando el poste estadounidense tiene que coger el camino del banquillo, habitualmente por su facilidad para cargarse de personales. Sin Iverson se pierde la referencia interior en un ataque que se desorganiza por completo en su ausencia, lo mismo que ocurre en un entramado defensivo que ya de por sí es bastante inconsistente. Así, el Estrella Roja propició que el ya de por sí enorme agujero interior de esta Laboral Kutxa adquiriese dimensiones siderales masacrando al Baskonia con una catarata de puntos en la pintura y también recuperando infinidad de rebotes ofensivos cuando erraron en el tiro lejano.
En la primera mitad el daño en la zona fue colosal. Y eso que el gigantesco Marjanovic descansó durante el segundo cuarto entero. No fue eso óbice para que el destrozo fuese mayúsculo con 28 puntos recibidos en la pintura (14/22), además de 12 rebotes de ataque recuperados por los balcánicos, precisamente los mismos que los baskonistas tenían en su balance absoluto. Y, para rematar, un importante número de faltas forzadas que llevaron a los serbios a ir repetidamente a la línea de tiro libre para firmar un 10/13. Números que sirvieron para paliar el nulo acierto visitante desde fuera de la zona, con una sola canasta en 21 lanzamientos lejanos.
El destrozo tuvo su continuidad en la segunda parte, con Estrella Roja campando a sus anchas en la zona y el Baskonia cada vez más empequeñecido, cediendo 45 rebotes (26 propios) y 48 puntos prácticamente debajo de una canasta más accesible que nunca.