Marco Crespi se despachó ayer con una dureza inusitada tras el tremendo varapalo sufrido en Las Palmas y cargó las tintas contra la mala defensa de sus jugadores en el uno contra uno, achacándoles falta de energía e intensidad para frenar a sus pares con la única excepción del segundo cuarto. “Han anotado 32 puntos en uno contra uno. La defensa del uno contra uno significa energía, intensidad y cojones y todo esto nos ha faltado. Como entrenador me pongo al frente del equipo para asumir siempre el primero la responsabilidad, pero cuando te meten tantos puntos en el uno contra uno no hay entrenador, hay cojones. Nuestra defensa solo fue buena en el segundo cuarto. En el primero y en la segunda parte tuvimos poca energía”, señaló en los micrófonos de Radio Vitoria.

En un discurso conocido de la pasada campaña, Crespi señaló que la plantilla tiene taras en cuanto a la calidad defensiva, pero considera que es un mal que se puede mejorar: “Hay algunas limitaciones, hay que ser realistas, por tema físico o una carrera de no muy buenos defensores, pero estoy totalmente convencido de que se puede hacer mejor”. Precisamente, el italiano había comprobado cierta evolución en los últimos partidos, pero todo eso se fue ayer al traste. “Hemos movido un poco más el balón aunque con malos porcentajes, pero eso se debe aguantar en defensa, se debe parar al hombre. Por ejemplo, en tres ocasiones no hemos hecho falta para parar el contraataque y han sido seis puntos, hemos hecho dos faltas seguidas en el último cuarto por tonterías con bonus de tiro libre. Al final, eso suma, suma y suma y son 32 puntos. No sé cómo hemos defendido el bloqueo directo porque ellos nos han batido en el uno contra uno”, concluyó.