vitoria - De clamar con razón durante varias temporadas por la presencia de un killer que devolviese al Baskonia la pegada extraviada en el perímetro a contar de una tacada con dos pistoleros de auténtico lujo que garantizarán un notable caudal anotador en cada partido. Tras dar numerosos palos de ciego en su intento de recuperar la mordiente perdida desde la marcha de Igor Rakocevic al Efes Pilsen en el verano de 2009, Josean Querejeta ha conseguido por fin dar carpetazo a uno de los debates más manidos y agrios de los últimos tiempos que traía de los nervios a la cúpula directiva y los aficionados: la orfandad de un generador de canastas que quebrara la estabilidad de las defensas contrarias. Una figura que se ha añorado en exceso mientras la decadencia azulgrana iba viviendo capítulos cada vez más desgarradores.

Pues bien, Marco Crespi cuenta en la actualidad con una de las parejas más demoledoras del baloncesto europeo que para sí quisieran con total certeza muchos entrenadores de la Euroliga. Davis Bertans y Sasha Vujacic integran ese ramillete de baloncestistas especiales y dotados de un don especial a la hora de marcar las diferencias. Tanto el letón como el esloveno consiguen canastas prácticamente de la nada, atesoran una muñeca privilegiada y constituyen una fuente permanente de peligro. No sólo centran la atención de su par, sino que provocan desajustes en el oponente y obligan por su inagotable calidad a alguna ayuda de más que siempre dejará liberado a otro integrante del Laboral Kutxa.

Hacía muchas campañas que el equipo vitoriano no contaba con dos anotadores de este calibre. Su efecto intimidatorio ya ha quedado patente en los dos últimos compromisos alaveses ante el Galatasaray y la Bruixa d ‘Or, víctimas de su insaciable apetito y voracidad. Dos exteriores que no se arredran en ningún momento y a quienes no tiembla el pulso pese a encadenar una mala racha pasajera y que poseen el aro rival entre ceja y ceja. Todos los campeones de los últimos años en la ACB y la Euroliga han tenido como denominador común la convivencia de figuras desequilibrantes en su perímetro y el Baskonia ha decidido seguir a pies juntillas una moda cada vez más extendida dentro del baloncesto moderno.

cualidades añadidas Los entrenadores no tienen reparos ya en encomendar a los pívots el trabajo ingrato de bloquear para propiciar tiros abiertos y el lucimiento de los exteriores. Con Bertans y Vujacic en nómina, dos tipos que no se han amparado en excusas baldías para brindar un rendimiento estelar desde el primer momento, Crespi asume sin dudas que el Laboral Kutxa deberá agarrarse más que nunca al virtuosismo de dos exteriores de primer nivel. Los tiempos tenebrosos en los que el Buesa Arena se desesperaba por las fallidas apuestas de un club carente del ojo de lince de antaño -los fiascos han sido en este sentido incontables (Reggie Williams, Chris Lofton, Carl English, David Logan, Fabien Causeur, David Jelinek, Brad Oleson, Orlando Johnson...), parecen haber pasado a mejor vida.

En el caso de Bertans y Vujacic, además, cabe rescatar otras virtudes añadidas que dan más valor a su presencia en Vitoria. Cuando reciben un estrecho marcaje, ambos poseen una buena lectura del juego y son capaces de hacer mejores a sus compañeros. La versatilidad del descarado letón, alineado por Crespi durante muchos tramos como falso cuatro, se encuentra fuera de toda duda. Y el bicampeón de la NBA, como buen balcánico, también tiene alma de base gracias a su manejo del balón y su gran visión. Si Vujacic ha saboreado las mieles de competir y triunfar en la mejor liga del mundo, Bertans tardará poco en cruzar el charco y enrolarse en los europeizados Spurs, de largo la franquicia estadounidense con mejor vista para pescar a este lado del Atlántico. La munición de ambos debería permitir al Baskonia dar un salto cualitativo con respecto a campañas precedentes. De lo que no hay duda es que la producción exterior subirá este curso como la espuma.