vitoria - Ya dijo Marco Crespi hace unas semanas que en el baloncesto europeo había contados pívots que actuaran de espaldas al aro y que los últimos campeones de Europa, léase el Olympiacos y el Maccabi, habían forjado sus éxitos gracias a un terrorífico juego exterior. Todos los equipos dirigidos en el pasado por el preparador italiano también han estado marcados por el mismo patrón. Una filosofía muy marcada que deja poco margen para el lucimiento de los interiores rocosos, obligados a realizar infinidad de bloqueos para propiciar tiros abiertos, y concede todo el protagonismo a los hombres de la cuerda exterior. Tras unas últimas semanas que están sirviendo para adquirir el imprescindible rodaje, este Baskonia deja entrever dónde figura su punto fuerte.

Prueba inequívoca de que el conjunto vitoriano se encuentra volcado hacia fuera es lo que sucedió ayer ante el endeble Manresa. Al término de los cuarenta minutos reglamentarios, un aspecto de la estadística resultó de lo más noticioso. El Laboral Kutxa ejecutó 29 triples, la mayoría de ellos en la recta final cuando el altruismo brilló por su ausencia en la ofensiva, mientras que realizó sólo 28 intentos de dos. Es la primera vez que ocurre algo parecido desde el arranque de la temporada y que coincide con la reciente llegada de Sasha Vujacic. Nadie duda de que el club no estaba conforme con la aportación del discutido Orlando Johnson, de ahí que buscase en el mercado un dos de un perfil más anotador que otorgase más mordiente a un conjunto excesivamente plano, espeso y anárquico en los primeros partidos.

Con el esloveno en pista, el efecto intimidatorio del Laboral Kutxa sube como la espuma. Cuando Crespi hace coincidir en la cuerda exterior al bicampeón de la NBA con los Lakers y Davis Bertans, el fuego a discreción está garantizado. De los 29 triples lanzados ante los del Bagés, más de la mitad -concretamente 18, nueve por barba- llevaron la firma de ambos. En realidad, únicamente hay un integrante de la actual nómina azulgrana que no se halla capacitados para abrirse a la línea de 6,75 metros y armar el brazo. Se trata de Colton Iverson, por momentos la solitaria referencia en la pintura de un equipo que a buen seguro se nutrirá de los puntos de sus excelsos pistoleros. Hamilton y Tillie también tienden a salir fuera de la zona con un estilo que, en realidad, reviste muchas similitudes con el de los grandes cocos de la Euroliga. La alarmante escasez de hombres altos dominantes multiplica hoy en día la importancia de contar con anotadores compulsivos.

Críticas ácidas. Algunos colaboradores que opinan sobre el Baskonia en diferentes medios de comunicación están siendo desprestigiados durante los últimos días desde el entorno más próximo al presidente Josean Querejeta.