Vitoria - Y en la cuarta ronda, Marco Crespi respiró. Después de los últimos palos recibidos en partido oficial ante el F.C. Barcelona -en Supercopa y Liga-, y Unicaja el pasado sábado, el Laboral Kutxa estrenó ayer su casillero de victorias en la presente temporada ante un flojísimo Neptunas que apenas opuso resistencia. Lejos de ofrecer el nivel que se le presupone a una escuadra que forma parte de la Euroliga, los lituanos fueron ayer un mero sparring para los chicos de Marco Crespi que, de paso, agradeció el analgésico que el conjunto lituano regaló al Buesa Arena, necesitado de buenas sensaciones para romper una peligrosa tendencia que estaba empezando a encender las primeras alarmas.
En este contexto, la cenicienta del grupo llegó en el momento justo y en las conciciones perfectas, que fueron, por otro lado, penosas. Todo fue ayer un paseo militar en la cancha de Zurbano, una oportunidad que el técnico italiano aprovechó para mover algunas piezas de su casillero particular y comenzar a perfilar el equipo de referencia con el que tratará de competir en la presente temporada. Así, por ejemplo, llamó la atención entre otras la ausencia del quinteto titular de Orlando Jhonson y Colton Iverson -dos de los americanos llegados este verano que más minutos estaban disputando hasta la fecha- en detrimento de Bertans, que jugó de 3, y el capitán, Fernando San Emeterio, que lo hizo de 2 y que ayer se reivindicó ante Crespi con unos registros aceptables y un rol que, desde luego, parece situado en este equipo muy lejos del banquillo inicial. Hubo más lecturas positivas tras la paliza como la acumulación de minutos que sumaron el poste norteamericano DJ White, recién aterrizado en Vitoria, y Tornike Sengheila, recién salido también de una delicada lesión de tobillo en pretemporada que le ha mantenido seis semanas de baja. A pesar de ello, la actuación del georgiano, aunque escasa hasta la fecha, ha servido para demostrar que en estos momentos, al menos ante los ojos de Crespi, es prioritaria en la rotación por delante de compañeros como el ayer hiperactivo Ryan Gomes o Kim Tillie, demasiado blando en la zona además de persistente en la jornada de ayer en la peligrosa manía de cargarse de faltas demasiado pronto.
ganar para crecer La lectura del amistoso ante el conjunto lituano no se quedó ahí, porque entre tiempo y tiempo, también se pudo observar las dudas que continúa generando Doron Perkins como hipotético recambio de garantías para el base titular del Baskonia, Heurtel, que ayer fue el jugador más destacado de la escuadra azulgrana. Cambios y probaturas, en definitiva, las que Crespi puso en liza para ir cogiendo cuerpo. Porque el equipo, más pronto que tarde, necesita sumar triunfos que eviten la pulmonía, al margen, claro, de seguir trabajando en facetas como el basket ofensivo, ayer nuevamente vacío de ideas y contenidos, o la necesidad de alterar el ánimo de las individualidades, tocadas casi todas por la desconfianza. Ganar para crecer, mover para ganar. El Baskonia durmió ayer tranquilo por primera vez desde que arrancó la temporada. Ahora bien, todavía “queda mejorar”, como sostuvo Bertans en su cuenta de Twitter nada más terminar el partido.
el dato...
Buen arranque. El triunfo ante el Neptunas lituano por 88 a 69, al margen de romper la mala racha de resultados en lo que va de temporada, significó el mejor arranque de Baskonia en su historia en la Euroliga, dulce etapa que inició en la 2000/2001.