BARCELONA (25+22+18+18): Huertas (9), Navarro (14), Papanikolaou (3), Nachbar (10), Tomic (22) -cinco inicial-, Dorsey (2), Sada (2), Abrines (8), Oleson (10) y Lampe (3).
REAL MADRID (19+23+15+24): Llull (8), Rudy Fernández (13), Darden (6), Bourousis (12), Mirotic (11) -equipo inicial-, Reyes (11), Dani Díez (-), Sergio Rodríguez (5), Carroll (5), Slaughter (-) y Mejri (10).
Árbitros Daniel Hierrezuelo, Miguel Ángel Pérez Pérez y José Ramón García Ortiz. Elimiados con cinco personales: Dorsey, Nachbar, Rudy y Mirotic..
Pabellón Cuarto y último partido de la final de la Liga disputado en el Palau Blaugrana ante 7.537 espectadores. Juan Carlos Navarro, capitán azulgrana, recibió al final del partido la copa de campeón de Liga.
bARCELONA - El FC Barcelona se proclamó ayer campeón de la Liga al derrotar en el cuarto partido de la final al Real Madrid (83-81) en un choque vibrante, vivido al límite y en el que un triple de Lampe acabó por servir en bandeja el título a su equipo cuando el encuentro estaba empatado (76-76) a 21 segundos para la conclusión. Contra todo pronóstico, ya que el Madrid partía como el gran favorito para coronar tanto la Liga como la Euroliga, el equipo catalán doblegó a su rival con un 3-1 al que nadie hubiese apostado, después de que el equipo de Xavi Pascual haya sido un mar de dudas esta temporada, con un momento muy delicado en Europa, donde, precisamente el equipo madridista le dio un buen repaso en Milan en la semifinal al de la Final entre Cuatro. El partido en el Palau tuvo de todo, incluso un exceso de tensión que acabó con el entrenador del Madrid, Pablo Laso, expulsado en el tercer tiempo por reincidir en sus protestas y perder los nervios.
Fue un momento clave, en el que el Barcelona parecía encaminado a dar la estocada final, pero el Madrid, con más vidas que un gato, resurgió, sacó lo mejor de sí con un Mirotic que ejerció de líder y llegó a empatar el partido, pero a falta de 21 segundos, uno de los jugadores más flojos en toda la temporada, como ha sido el polaco Maciej Boleslaw Lampe, endosó un triple mortal que sentenció el partido. Intenso primer parcial en el que el Madrid envió un mensaje inequívoco: intensidad y agresividad en todas las acciones. No habían pasado ni cuatro minutos y, tras un aviso de los colegiados, el banquillo madridista recibió una técnica por protestar, cuyo tiro transformó Navarro (7-5). Esa acción no hizo amilanar a un Madrid intensísimo, pero con problemas en ataque, donde la defensa individual del Barça logró el objetivo de anular muchas opciones. - Efe