vitoria - Hoy es una efeméride muy especial para el Baskonia que se recuerda con las lógicas dosis de nostalgia. No en vano, se cumplen justamente cuatro años del último éxito de un club venido a menos e inmerso en el momento más bajo de las dos últimas décadas. Una de esas contadas acciones que, por motivos obvios, quedará grafada a fuego en la retina de los seguidores azulgranas por la emotividad de un momento único pero que, a corto plazo, parece imposible de volver a repetirse. Porque la enorme catarata de decepciones que vienen aconteciendo desde aquel memorable dos más uno materializado por Fernando San Emeterio ilustra la desazón de un entorno esperanzado en que esta dura travesía por el desierto llegue cuanto antes a su fin.

A falta de cinco décimas para la conclusión del tercer partido de la final liguera y con la serie claramente decantada hacia los alaveses tras su doble éxito en el Palau Blaugrana, el alero cántabro hizo estallar de júbilo a un Fernando Buesa Arena con las uñas en carne viva. Con 76-78 en el marcador, cuando agonizaba una prórroga inmerecida por un tapón ilegal de Terence Morris que fue validado por el árbitro malagueño Dani Hierrezuelo, Gianluca Basile malogró el segundo tiro libre de que dispuso. Pudo el exterior italiano haber dado la puntilla al antiguo Caja Laboral, pero le tembló el pulso a un tirador extremadamente fiable. Entonces, uno de los jugadores más discutidos de la actual plantilla baskonista obró la canasta milagrosa que le convirtió en un héroe.

El alero cántabro quebró la cintura del veterano italiano y encaró con una ambición virulenta el aro blaugrana. Se topó con la intimidación de Morris, pero sorteó su intento de tapón gracias a un escorzo increíble en el aire y anotó una bandeja a aro pasado que se cobró la clara falta del cuatro estadounidense. El recinto de Zurbano se vio ganador antes incluso del tiro libre adicional. Varios jugadores dirigidos por Dusko Ivanovic acudieron a renglón seguido como posesos a agasajar al internacional español, el único posiblemente de los presentes en el Buesa Arena con la sangre fría imprescindible para no cantar victoria antes de tiempo.

de héroe a villano Y es todavía restaba poner la rúbrica desde la línea de 4,60 metros para evitar una nueva prórroga. La estampa de San Emeterio, invocando a la tranquilidad con sus dos manos hacia abajo mientras el júbilo se apoderaba de todos los rincones del pabellón, delataba que el trabajo no estaba culminado. Con los nervios a flor de piel, el tres azulgrana convirtió el tiro libre que posibilitó el tercer entorchado liguero del Baskonia. El posterior triple a la desesperada del propio Basile desde su propio campo se estrelló ante el aro tras unos segundos de insoportable suspense.

Aquella secuencia tuvo lugar el 15 de junio de 2010. Seguro que en aquel momento nadie sospechaba que semejante subidón de adrenalina sería un punto de inflexión en la trayectoria vitoriana. Ni el más pesimista de los aficionados hubiese imaginado entonces la pérdida de identidad sufrida en los años posteriores por el club. Los títulos y la presencia en finales han brillado por su ausencia, aunque resulta si cabe más doloroso que el Laboral Kutxa haya dilapidado ese gen competitivo que le hizo célebre en cualquier cancha europea.

De la devaluación baskonista no se ha librado el propio San Emeterio, que ha pasado para las altas esferas de ser un ídolo a prácticamente un villano por el astronómico contrato que le consiguió su representante a las pocas semanas de firmar esa memorable acción. Prueba de que los números son inasumibles es que a lo largo de los últimos veranos se le ha reclamado sin éxito un ajuste salarial y abierto la puerta de salida hacia otro lugar. El actual no será diferente, dado que suscribió un pacto con el club hasta junio de 2015. Su valiosa etiqueta como jugador de formación queda incluso en un segundo plano a la vista de que su rendimiento sobre no se ha aproximado al ofrecido en la estelar temporada 2009-10.

2010-11. Subcampeón de la Supercopa -derrota ante el Barcelona en Bilbao (82-73)-, semifinalista de la Copa del Rey y de la ACB -en ambas ocasiones, el verdugo fue el conjunto culé- y cuartofinalista de la Euroliga ante el Maccabi.

2011-12. Semifinalista tanto en la Copa del Rey como de la ACB, siendo los verdugos alaveses el Barcelona y el Real Madrid, respectivamente. Eliminación a las primeras de cambio en la Euroliga tras una derrota en Bilbao.

2012-13. Semifinalista de la Supercopa y de la Copa del Rey tras sucumbir en ambos torneos ante el Barcelona. Cuartofinalista de la Euroliga, donde fue apartado de la Final a Cuatro por el CSKA. Cuartos de final de la ACB tras un sorprendente varapalo ante el Gran Canaria.

2013-14. Eliminado en cuartos de final tanto en la Copa del Rey (Valencia Basket) como la Liga ACB (Barcelona). El techo en la Euroliga fue el 'Top 16'.